Figura. Akelarre debutó en el circuito independiente duranguense en los años 2000. Desde entonces, se ha consolidado como una de las figuras más destacadas del norte del país.
La gala anual de la revista Halcón Lucha Libre reunió a gladiadores de todo el país y de distintas generaciones en un mismo escenario. Entre ellos, el duranguense Akelarre, quien fue homenajeado con un galardón por su pasión y compromiso con la lucha libre mexicana, reconocimiento que lo colocó junto a nombres históricos como Dos Caras y El Fantasma.
El premio subrayó la vigencia de Akelarre como referente del circuito independiente duranguenses y como formador de nuevas generaciones, especialmente a través de su hija Guerrera Dorada. Su carrera comenzó en Durango a inicios de los 2000, y pronto se abrió paso hasta compartir cartel con figuras de empresas como Ruso Promotions, el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), y otras arenas independientes del norte del país.
Desde entonces, se consolidó como uno de los gladiadores más reconocidos en el norte del país, con un estilo recio y conexión constante con la afición. Su presencia en carteles regionales, como su reciente participación en la Arena Olímpica de Ciudad Juárez junto a Snowi frente a Ícaro y Némesis, confirma que Durango y La Comarca Lagunera sigue produciendo luchadores de calidad.
La ceremonia también rindió tributo a figuras históricas como Dos Caras, al fallecido Villano V y al japonés Gran Hamada, figura histórica de la New Japan Pro-Wrestling. Además, se entregaron premios a lo más destacado del año; Hechicero como Luchador del Año, Persephone como Mejor Luchadora y Mejor Ruda, Mamba como Mejor Exótico y Producciones Cantú como Promotora del Año.
Otros reconocimientos fueron para Kira como Revelación Femenina, Wisin como Revelación Masculina, los Traumas I y II como Mejor Pareja Masculina, Las Tóxicas como Mejor Tercia Femenil y la facción Negocio Traumado como la mejor del año. En ese contexto, el homenaje a Akelarre se convirtió en uno de los momentos más significativos de la velada, al colocar a Durango en el mapa nacional del pancracio.

