Vivimos en una situación de muerte en el país: Arzobispo de Durango
El arzobispo de Durango, Faustino Armendáriz Jiménez, se unió a las muestras de condena por la violencia que se vive en el país y el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán.
“Vivimos en una situación de muerte en nuestro país, muchos fallecidos, muchos asesinados. Ayer mismo asesinaban a un alcalde lamentablemente, que levantó su voz contra las injusticias. Y así muchos han fallecido por diversos motivos”, expresó.
Y dijo que los ciudadanos no pueden permanecer indiferentes ante lo que ocurre. “En medio de esta espiral de violencia que vivimos, en un país teñido por la sangre de tantos hermanos, elevemos nuestra plegaria. No podemos quedar nosotros indiferentes. Hoy les tocó a ellos y mañana podemos ser nosotros, porque no estamos exentos de este marco violento en que vivimos en este país”, indicó.
Asimismo, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un comunicado en torno a estos hechos, afirmando que “México vive momentos dolorosos”.
“El cobarde asesinato del alcalde Carlos Manzo se suma a una preocupante cadena de crímenes contra quienes construyen la paz y defienden la dignidad de sus comunidades. Como Iglesia, alzamos la voz y pedimos detener esta violencia fratricida. Exigimos a las autoridades asumir con decisión e inteligencia su responsabilidad de garantizar la seguridad y el Estado de Derecho. Caminamos junto a nuestras comunidades, ofreciendo esperanza, acompañamiento y defensa de la vida en cada región del país”, se estableció en el comunicado.
Asimismo, se hizo énfasis en que hoy ya no basta con aprehender al asesino, sino que se debe combatir la causa de los asesinatos.
“La presencia ordinaria de grupos armados, que controlan la vida pública de los ciudadanos en varias regiones del país, es el verdadero crimen a enfrentar; los retenes en carreteras, el despojo de tierras, las amenazas constantes a los productores, comerciantes y gobernantes, reflejan un grave debilitamiento del orden constitucional que los gobiernos, a nivel municipal, estatal y federal están obligados a garantizar”, plasmó la CEM.
Y se hizo un llamado “a todos los mexicanos que están provocando esta violencia fratricida a detenerla y respetar la vida de todos, pues cada hermano es un don de Dios del que se nos pedirán cuentas”. Y se hizo énfasis en que “nadie nació para hacer el mal y nadie encontrará su camino de felicidad transgrediendo la dignidad de su prójimo”.
“Asimismo, exigimos a las autoridades combatir con determinación e inteligencia el verdadero crimen, que no es solamente la trágica e indignante muerte de un comerciante o un alcalde, como fueron Bernardo Bravo y Carlos Manzo, sino la vida amenazada de miles de ciudadanos que día con día ven ultrajadas sus libertades al trasladarse y desarrollar sus actividades comerciales y recreativas”.