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El inestable porvenir

La tecnología y la salud de las nuevas generaciones

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Junior Robles

El tiempo avanza cada vez más, y ahora los dispositivos tecnológicos son prescindibles en la vida de casi todos los humanos. Sí, vivimos en la era donde la tecnología está ayudando a revolucionar al mundo... pero el exceso y abuso de ella puede traer consecuencias a la salud; principalmente en personas menores de edad.

Es inevitable decir que las nuevas generaciones están naciendo “con un chip integrado”, basta con hacer un ejercicio de observación en cualquier espacio público para comprobar que la mayoría presta gran parte de su atención al mundo tecnológico que al real. No obstante, dicha situación puede perjudicarlos en su desarrollo.

“Los niños que pasan siete o más horas al día utilizando dispositivos tecnológicos, rebasan el doble de probabilidades de ser diagnosticados con depresión o ansiedad –comparados con los menores que utilizan solo una hora de estos aparatos–”, resaltó un estudio publicado en el diario 'Preventive Medicine Reports'.

Los artefactos inteligentes son parte de la vida cotidiana de los niños y adolescentes de hoy. Es por esta razón que ahora, más que en años anteriores, los padres también deben preocuparse por los efectos negativos de la tecnología en sus hijos.

Aunque se pueden obtener beneficios del uso de estos aparatos, es necesario brindar un acompañamiento permanente. Del mismo modo, es indispensable que en la familia se cultiven hábitos sanos en cuanto al manejo de la tecnología.

“Si se aprovecha de la manera correcta y es accesible a escala universal, la tecnología puede cambiar la situación de los niños que han quedado atrás. Podremos conectarlos a numerosas oportunidades y dotarles de las aptitudes que necesitan para tener éxito en un mundo digital”, informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en un comunicado.

Dificultades en la infancia

El uso desmedido y sin control de la tecnología en los niños puede generar problemas de salud, desórdenes en el sueño, irritabilidad, bajo rendimiento académico, aislamiento y depresión; esto se refleja en los tiempos que permanecen conectados, el comportamiento que asumen con los mayores, o el desinterés frente a otras actividades y tareas cotidianas.

Un estudio de la Universidad de Harvard afirmó que “uno de cada 11 menores son adictos a las nuevas tecnologías, de modo que los menores sin límite del teléfono móvil pueden acabar desarrollando conductas de dependencia”. Entre otras consecuencias se encuentran las siguientes:

• Pérdida de socialización. Los niños interactúan menos entre sí, con su familia y con su entorno desde que las nuevas tecnologías arraigaron en su vida, por lo que los progenitores deben asegurarse de que los menores pasen la mayor parte de su tiempo socializando cara a cara con otras personas y sin pantallas de por medio. En lugar de aparatos tecnológicos se recomienda fomentar la lectura, los juegos con la familia y el deporte.

• Aumento de riesgos. Del mismo modo que quien pasa más horas en carretera tiene más probabilidades de sufrir un accidente vial, los niños más expuestos a la tecnología tienen una mayor posibilidad de sufrir abusos digitales.

• Radiación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó a los smartphones como aparatos de riesgo porque emiten radiación. Se recomienda tener un cuidado especial con los niños, ya que son más sensibles y tienen más probabilidades de contraer enfermedades como el cáncer.

• Alteraciones en el desarrollo. Los niños que dedican un tiempo excesivo a las nuevas tecnologías pueden sufrir diversos problemas de desarrollo que alteran su evolución normal; como déficit de atención, problemas de memoria, disminución del rendimiento académico, alteraciones del sueño, problemas de alfabetización y reducción de capacidades.

• Enfermedades mentales. La OMS indicó que los menores que están expuestos al exceso de la tecnología, tienen consecuencias graves en su salud mental; ya que a pesar de su corta edad, pueden padecer depresión y ansiedad infantil, trastornos bipolares, psicosis y problemas de conducta que se traducen en un incremento de las rabietas.

• Obesidad infantil. El uso de las nuevas tecnologías ha fomentado el sedentarismo poblacional y, con él, el incremento de peso y las enfermedades derivadas de la obesidad, como la diabetes y problemas cardiacovasculares.

• Conductas agresivas. La exposición de los niños a contenidos con elevada agresividad y violencia puede insensibilizar al menor ante estos actos. Por eso, es importante controlar tanto el tiempo de uso del móvil, como saber qué tipo de aplicaciones están utilizando los menores.

Prevención del abuso

Ningún exceso es bueno, y como ya se mencionó, abusar de la tecnología también puede conllevar a sucesos negativos para la vida de los pequeños. Es por eso que en esta ocasión preparamos algunas alternativas que podrías implementar en tu hogar. ¡Pero ojo! Recuerda que el primer paso es entablar una comunicación efectiva con tus hijo.

• La tecnología no es un pacificador emocional. A los niños se les debe enseñar cómo identificar y controlar las emociones fuertes. Se recomienda mostrarles técnicas para calmarse como la de respiración o de conversación, en lugar de utilizar un aparato tecnológico para “distraerse”.

• Promover las actividades al aire libre. Es importante que los niños aprendan a disfrutar de actividades recreativas para su desarrollo.

• Fijar límites. El juego fuera del mundo digital estimula la creatividad, por lo que los límites podrían ser la mejor alternativa para potencializar dicha capacidad. No se recomienda utilizar ningún tipo de pantalla en niños menores de dos años, pues su salud puede verse afectada desde temprana edad.

• No usar tecnología antes de dormir. El uso de artefactos tecnológicos durante la noche, es altamente nocivo y solo impide un descanso tranquilo.

• Ser un buen ejemplo. Debido a que los niños son grandes imitadores, es importante que los padres limiten el uso de dispositivos delante de los niños.

• Hacer la transición poco a poco. Si el niño está comenzando una adicción necesitará desconectarse progresivamente. Si se le elimina bruscamente, aumenta la ansiedad infantil en vez de mejorarla.

Cada 21 de noviembre se conmemora el Día Universal del Niño, por lo que durante este mes -y por el resto del año- es importante recordarles a cada uno lo importante que son. Así que en lugar de obsequiarles un aparato tecnológico para “hacerlos sentir bien”, lo ideal es brindarles amor y momentos especiales.

Perfecta alternativa

Crear el hábito de lectura desde la infancia es una solución que puede eliminar la ansiedad por utilizar aparatos tecnológicos.

Los libros educan, enseñan y hacen que los infantes creen nuevos mundos, descubran lo desconocido y se acerquen a las verdad. Además despiertan sentimientos, sensaciones y reacciones; son, sin duda, grandes herramientas para el desarrollo y educación de los menores.

¿Cómo fomentar la lectura? Aquí te decimos algunos pasos que puedes realizar…

1. Establece una rutina diaria. Busca un espacio y un tiempo diario para que el niño lea; por ejemplo antes de dormir o de merendar.

2. Interésate por su lectura. Esto motivará al menor a seguir leyendo.

3. Animarlo también a escribir. Esta actividad ayudará a fortalecer su creatividad.

4. Predicar con el ejemplo. Al ver a sus familiares leyendo, aumentará su motivación.

5. Fomentar el disfrute. En los adultos queda la misión de erradicar los estereotipos que indican que la “lectura es aburrida”.

Otros problemas

El desarrollo cerebral de los pequeños puede deteriorarse por la exposición excesiva a la tecnología. Otros problemas que puede desencadenar esta situación son los siguientes:

• Afecciones en el desarrollo del lenguaje y creatividad

• Obesidad

• Déficit de atención

• Ansiedad

• Problemas en el sueño

• Afecciones digestivas

Escrito en: INFANCIA Tecnología niños, tecnología, menores, problemas

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