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Tecnología: ¿mala influencia?

Adriana Mota

La televisión es un medio de comunicación de multitudes, que llega a la mayoría de los hogares mexicanos, nos mantiene informados acerca de los acontecimientos locales, nacionales e internacionales. Muchas de las veces creemos más lo que dice la televisión que un libro, porque la cantidad de personas que leen en nuestro país es sumamente baja; en cambio, las que tienen televisión es considerablemente mayor.

La televisión cuando se utiliza para fines educativos es bastante eficaz, puesto que se logra llamar la atención de los estudiantes y hay una alta memorización sobre el material que se está presentando, no sustituye al maestro, sino que es un material didáctico que le ayuda con el aprendizaje.

Sin embargo, la comunicación televisiva tiene también su lado oscuro; está demostrado que el contenido de los mensajes de televisión, sobre todo en países subdesarrollados, muestra una visión de la sociedad que no es la nuestra, son ideas y cultura importadas, tienen altos contenidos de violencia, agresión. El énfasis por el dinero es una de las causas por las que se está perdiendo la identidad.

El público prefiere la televisión simplemente porque ejerce un gran atractivo, y es aprovechado por los comerciantes para vender sus productos e inclusive para la implantación de ideas políticas y sociales, como acaba de suceder en las pasadas elecciones presidenciales, en donde el tiempo y el costo en televisión fueron altísimos; esperemos que sea por pasión a México, como fue el eslogan de uno de los candidatos, y no de pasión por el poder.

Cuando hablamos de los niños y la televisión, muchas veces se convierte ésta en niñera; los padres tienen que tener mucho cuidado con lo que ven los hijos en el tiempo que están frente al televisor, porque sabemos que los niños son grandes imitadores. Los infantes pueden copiar lo que ven, inclusive las expresiones faciales de las personas que los cuidan, y créanme, los niños no son selectivos en lo que imitan; entonces, es lógico que también lo hagan con lo que ven en televisión.

No solamente los niños pequeños imitan a los personajes de la pantalla, parece que hoy en día son más los adolescentes que quieren hacer lo que su película o personaje de ficción favorito; podemos hablar de las muertes que ha ocasionado la televisión, sobre todo en nuestro vecino país del norte, en donde han ocurrido asesinatos, incendiado su casa o matarse de un tiro en la cabeza porque acababa de ver una película en donde el personaje jugaba a la ruleta rusa. Es por ello que debe tener suficiente cuidado con lo que ven sus hijos. No es un juego. Lamentablemente, la violencia en los medios de comunicación ha contribuido a que nuestros niños y adolescentes estén utilizando la violencia no como último recurso sino como el primero para resolver los conflictos.

La televisión se ha convertido en un poderoso factor ambiental, que influye en las conductas, actitudes y valores, pero, ¿los medios de comunicación serán los verdaderos culpables en el comportamiento de los niños, adolescentes y jóvenes? Es hora de que los padres se responsabilicen por el tiempo que sus hijos se están frente al televisor y por el tipo de programas que suelen ver.

Los videojuegos, que constituyen también una realidad social, figuran entre las y los jóvenes como la primera opción de ocio, muchos de ellos cargados de excesiva violencia, escenas de lucha, sangre y muerte, que parece ser uno de los más populares entre los jugadores.

El uso excesivo de videojuegos tiene secuelas en la salud debido al uso continuo, teniendo como consecuencia lesiones de espalda y cansancio de la vista, así como un deterioro en rendimiento escolar, laboral y sobre todo en el equilibrio emocional de los jugadores.

Estudiando con detenimiento la definición de adicción, que es una enfermedad en la que se necesita algo en concreto para estar bien, y cuando no se puede conseguir se produce malestar, el hecho de consumir drogas, fumar tabaco e ingerir alcohol son adicciones, pues el pasar horas conectado a Internet es también un problema adictivo; inclusive, ha sido diagnosticada por los expertos como Trastorno Adictivo a Internet.

Una persona que pasa muchas horas al día frente a la computadora navegando por Internet, enviando correos electrónicos, chateando, jugando videojuegos en línea, así como lo sitios de apuestas, subastas y compras, ¿le suena familiar? pues déjeme decirle que esta personalidad necesita ayuda, puesto que se considera un adicto o mejor dicho un ciberadicto.

Estudios tan serios como el de la psiquiatra Hilarie Cash, de la Universidad de Pensilvania, ha identificado síntomas del trastorno de adicción a Internet, como estar en constante preocupación por permanecer conectado, cuando interfiere con su vida o tiene un impacto en sus relaciones de trabajo y amistad.

El Internet constituye un círculo vicioso y se ha considerado que las personas que entran a ese ambiente son, porque tiene una clara pérdida de la autoestima, teniendo la necesidad de escapar de la realidad y refugiarse en la red.

En verdad, creo que la Internet es un medio de comunicación, no es como una droga que hace dependiente; no veo nada de malo que se utilice la Internet para facilitar las cosas en el trabajo o en la escuela. El hecho de no tener que ir hasta la biblioteca para consultar un libro es excelente; sin embargo, hay que poner la debida atención, porque cuando te aísla y hace difícil las relaciones con tu familia y amigos, estás viviendo un engaño en la realidad del ciberespacio.

El hecho es que cada vez más se está haciendo parte de la vida diaria el avance de los medios de comunicación y el aumento de nuevas tecnologías como Internet han rebasado los límites de lo imaginable; la cantidad de personas que acceden a la red es increíble, contar con un correo electrónico es imprescindible, simplemente porque existe una enormidad de beneficios.

Escrito en: televisión, comunicación, niños, Internet

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