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¿Casualidad o causalidad?

YAMIL DARWICH

YAMIL DARWICH
A punto de festejar el nacimiento de Jesús, le pregunto: ¿Cree Usted que Dios existe?

Este cuestionamiento nos lo hemos hecho desde los inicios del ser, cuando únicamente podíamos contestarnos a través del pensamiento mágico; luego, con la reflexión organizada, que generó la posibilidad de imaginar, crear mitos y buscar la respuesta correcta; ahora, con el choque de dos corrientes contrarias: el materialismo expresado con ateísmo y la religiosidad del creyente; ambos obsesionados por convencer al otro, quien a su vez busca respuestas que le justifiquen y den la razón.

Ni duda cabe: los humanos siempre le hemos buscado ´tres pies al gato´ y nos complicamos la existencia renunciando a la sencillez que nos ofrece la naturaleza. A mediados del siglo anterior, si Usted hacia esa pregunta a alguno que trabajara en el campo de la ciencia y/o se considerara pensador libre modernista, seguramente le contestaría con un no rotundo; aún más, era de identificarse inteligente debatir y contravenir la existencia de un ser creador: Dios.

Con el paso de los años y el avance de la ciencia, particularmente en el campo de la biología humana, física moderna y astrofísica, los que más saben del tema - científicos especializados en el estudio e investigación del universo - se van convenciendo de la existencia de un principio creador.

La frase de Nietzsche: "Dios ha muerto", - se refería a que el hombre se separaba de la parte creyente o la había desterrado de su mente - era propuesta de que, con la inteligencia, habíamos descubierto nuestra casualidad.

Georges Lemaître -1927- aseguró que el Universo se expande permanentemente, lo que sirvió de base para pensar en el ´Big Bang´, permitiendo que Hubble, - 1929 - con su telescopio, descubriera que las estrellas se alejaban una de otra, lo que hablaba de expansión del universo, acabando con la idea contraria: la Teoría Estacionaria.

Luego siguieron otros muchos científicos tratando el tema, incluido Einstein - 1915 - con su Teoría General de la Relatividad; George Gamow y sus observaciones astronómicas de la separación de Universo (1904-1968), ofreciendo la descripción del primer estallido; O Vesto Slipher y Carl Wilhelm Wirtz, los primeros descriptores de la Vía Láctea, etc. Todo parecía indicar que la casualidad había derrotado a la causalidad, pero se dio el cambio y ahora, la mayoría de los científicos y filósofos, aceptan que debió existir un principio creador que originó al universo, nuestro planeta y las bases de lo que conocemos como Leyes de la Naturaleza. Conforme a ello, ahora se busca definir quién es o qué es ese efecto creador; ¿es físico o solamente mental (¿?), apareciendo muchas reflexiones profundas que parecieran ociosas, como: ¿tiene cuerpo?, ¿es inmortal o ha existido desde siempre?, ¿el acto fue intencional o simple consecuencia? Lo interesante es tratar de comprender algunas leyes sobre la creación del Universo, ahora aceptadas por mayoría, que incluyen conceptos de temporalidad - hasta de fracciones de segundo - que permitieron pasos ordenados para la vida en la tierra.

Como ejemplo: somos producto de la tercera producción de estrellas, que permitió las particularidades necesarias para que existieran los elementos químicos, base de la vida, entre ellos el carbono, helio, oxígeno y hidrógeno; recuerde que con los dos últimos se forma el agua, base para la creación de vida. En otra línea, los filósofos dialogan sobre la existencia de ese ser o principio creador; si existe, entonces ¿quién lo creó a el? y la respuesta dada es la atemporalidad, sin principio ni fin, regla que rompe nuestro pensar, por estar sometidos al tiempo, un inicio y una terminación. Interesante y complicado, ¿verdad?

La casualidad presenta dificultad, porque: si la creación fue azarosa, entonces el reino animal lo es igual y la inteligencia del humano también, por lo tanto no hay mérito alguno de los sobresalientes: artistas, descubridores, creadores de tecnología, etc. Con ese pensamiento generalmente no estamos de acuerdo, por ser personas interesadas en el reconocimiento al mérito.

Negar la casualidad será acabar con el mito de la "vida después de la vida", entonces deberemos renunciar a la meritocracia como seres inteligentes; representa dejar de pensar, no tener libre albedrío y terminar con nuestros sentimientos de éxitos y fracasos, bueno o malo. ¡Qué complicado!, ¿verdad?

Hay muchos textos, con nombres de famosos, favoreciendo una u otra posición, todos ofreciendo posturas y respuestas a la existencia - o no - de un dios creador; luego de leer algunos, he confirmado mi creencia en ese ente superior: Dios, con voluntad e intención de construir al universo y, al final de la cadena, hacernos un ´nido adecuado´ para nuestra vida, concluyendo con la aparición del humano. Imposible agotar el tema en un Diálogo; espero dejarle la inquietud sembrada y conforme a ello, analice en familia el qué y para qué existimos. Felicidades esta Navidad.

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Escrito en: Diálogo existencia, principio, creador;, entonces

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