Ahora sí el presidente Andrés Manuel López Obrador está en plenas funciones. Si bien es cierto que tomó el poder el primero de diciembre pasado tal como lo dicta nuestra constitución, el presupuesto del gobierno se ejerce año calendario, por lo que el presidente vivió sus primeros 31 días bajo las normas en lo que refiere a gasto de gobierno que observó Enrique Peña Nieto en el último año de su sexenio.
El día de ayer, el presidente López estuvo de gira por Morelia, Michoacán, donde ha prometido trasladar las oficinas centrales el Instituto Mexicano del Seguro Social como parte de su plan de descentralización del gobierno federal. Hace apenas una semana, el ejecutivo federal visitó Torreón donde también ratificó la intención de ubicar en esta ciudad a Nacional Financiera (NAFIN) con lo que parece que será real eso de que sacará muchas dependencias de la ciudad de México.
En su discurso en la capital michoacana en las instalaciones del antiguo Palacio Federal de esa localidad, donde serán instaladas las sede el IMSS, ante el gobernador del estado Silvano Aureoles, el Secretario de Salud, Jorge Alcocer y el director general del Instituto, el presidente fue enfático en señalar que los temas de seguridad y salud serán prioridad en su gobierno, señalándolos como verdaderos retos para su gestión.
Este par de carteras le calientan la cabeza al presidente, según las propias palabras del mandatario proferidas en su presentación en la antigua Valladolid. Sobre seguridad, aseguró que es menester que el Congreso de la Unión le aprueba la creación de que su gobierno ha denominado como la Guardia Nacional, que sería un cuerpo compuesto por las actuales policías militares y navales, más la incorporación de la Gendarmería Federal, que hoy forma parte la Policía Federal.
En cuanto al tema de la salud, al tratarse precisamente de un acto donde ese era el tema fundamental. El presidente Andrés Manuel López Obrador fue contundente al señalar que México carece de un buen sistema de salud primario. Es decir, aquel que hace labor de campo para la prevención de enfermedades vía información y comunicación, alcanzando hasta la atención de primer piso.
Este sistema mexicano deficiente tiene como raíz desde la perspectiva del jefe del Estado Mexicano la corrupción y nuevamente se dice dispuesto a combatirla frontalmente, tan es así que en su discurso dijo: "Los políticos se convirtieron en proveedores, venden las medicinas, por eso no hay abasto de medicamentos, eso era el pasado, ya se acabó la corrupción, nadie se va a robar el dinero de las medicinas, se va a acabar la corrupción, me canso ganso", afirmó.
Claro está que la corrupción tiene mucho que ver en lo deficiente que se encuentra el estado del sistema de salud mexicano en general. Evidentemente en el multimillonario negocio de la compra-venta de medicinas hay políticos metidos que han hecho fortunas en ello, pero no es sólo eso.
Hay que recordar que la administración de los hospitales generales están a cargo de los gobiernos de los Estados quienes administran los recursos etiquetados por la federación para tal encomienda.
El ejemplo más claro del deterioro de las finanzas estatales por casos de corrupción como el ocurrido en la administración de Humberto Moreira, evidentemente agravaron la crisis en los hospitales públicos, porque además de la falta de medicamentos por su encarecimiento por la corrupción, el sistema falta personal porque sencillamente no hay los recursos ni los hospitales suficientes.
El presidente tiene razón y cuenta con el respaldo generalizado en su lucha contra los corruptos. Eso pronto dará frutos en cuanto a la mejoría de los suministros, pero de ahí a prometer que en dos años tendremos un sistema de salud como los países nórdicos, es una mentira innecesaria. Ni aunque se le canse el ganso se puede cumplir; lo que si hará es bajar la corrupción y las cosas tenderán a mejorar, pero eso es otra cosa.