Carece Coneto de Comonfort de agua potable

Según el Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social que realizó en 2017 la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) hoy Secretaría de Bienestar, se determinó que la prioridad en el municipio de Coneto de Comonfort era abatir las carencias en cuanto al acceso al agua entubada en la vivienda, al servicio de drenaje en la vivienda y al rezago educativo entre la población de las distintas comunidades de la región.

Lo anterior se desprende de la evaluación de desempeño que se realizó, ya en 2018, al Fondo de Aportaciones para Infraestructura Social Municipal (FAISM) que depende del Ramo 33, partida que reciben los municipios para el combate a la pobreza.

La evaluación fue realizada por el Instituto Estatal de Evaluación de las Políticas Públicas (Inevap) para el estado de Durango que también determinó, con base en los indicadores del Consejo de Evaluación de la Política de Desarrollo (Coneval) que el municipio presenta un rezago social bajo.

Entre las amenazas y debilidades identificadas para el municipio de Coneto de Comonfort destaca que existe una "limitada evidencia sobre el uso de la información diagnóstica para definir las prioridades y seleccionar las obras de infraestructura social financiadas con el FAISM".

Esto impacta en el establecimiento de prioridades en cada una de las comunidades porque la elección de los proyectos se hace de manera discresional por parte de las autoridades municipales.

El documento presentado por el personal del Instituto destaca además de otra de las amenazas que fue detectada en ese municipio se cuentan que "el catálogo del Fondo presenta inconsistencias para identificar las obras de incidencia directa y complementaria".

El documento también advierte que los cambios en la administración pública a nivel federal pueden provocar modificaciones en la regulación del Fondo, las cuales podrían limitar el margen de maniobra del municipio para abordar sus prioridades locales.

También señala que las divergencias que existen entre las autoridades del estado y la administración municipal podrían impactar de manera negativa en los resultados de la aplicación de los recursos.

Además, el hecho de que la medición de la pobreza, con base en sus múltiples indicadores, se haga cada cinco años, puede dificultar el análisis del avance en cuanto al objetivo de disminuir los niveles de pobreza en el municipio puesto que no se cuenta con información oportuna para dar seguimiento a los programas.

Esto, debido a que el municipio no cuenta con un sistema propio para generar indicadores que le permitan medir el avance local de disminución de los niveles de pobreza entre la población que vive en las distintas comunidades del municipio, lo cual sucede prácticamente en todos los Ayuntamientos de la entidad.