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'Una larga noche', el nuevo libro de Amelia Barrón

LETRAS DURANGUEÑAS

'Una larga noche', el nuevo libro  de Amelia Barrón

'Una larga noche', el nuevo libro de Amelia Barrón

ÓSCAR JIMÉNEZ LUNA

Hay relatos que en su viaje y recuento sugieren interrogantes inevitables, como si al levantar la tapa de nuestros recuerdos tratáramos de evadir aquellas escenas más tristes y dolorosas: ¿cuál es el límite del deterioro en el desamor? Olga Salazar, el personaje central de Una larga noche -curiosamente, contraviniendo el título, una novela corta, sin duda- se enfrenta al escrutinio de su propia vida, con el alma destrozada, si bien no totalmente destruida, en el sepelio del hombre con el que había contraído matrimonio muchos años antes, cuando eran los tiempos de la esperanza y de los ensueños. Las ilusiones cuestan caras, decía a propósito Juan Rulfo en su obra inmortal.

Velando el cadáver de su esposo, Renato Cuervo de la Fuente, ella describe, pues, ese balance existencial a partir de la memoria de sus primeros años, dibujando, reconociendo, diremos mejor, esa línea que la trajo hasta un presente casi de tinieblas. Digo "casi" porque en medio de una realidad tan herida, todavía aparece -como la luz de una vela, humilde y prolongada- la lucha para no rendirse al final de sus días. Las hijas, primero, mantienen de pie a la mujer, sin dejar de lado su exitoso desempeño en los negocios de bienes y raíces. Y ya fortalecida incluso por sus aprendizajes literarios -la afición por la lectura que le fue inculcada desde niña y después el taller de la escritura que ayuda en su salvación- le permiten verse en el espejo autobiográfico, sin concesiones ni culpas de ninguna especie. Y no se necesita demasiado para observar la fuente espiritual de su fuerza extraordinaria: del cariño familiar, de la naturaleza providencial de su pueblo natal (San Antonio de los Álamos), de los ejemplos de la verdadera amistad, sacrifico y alegría cotidiana de la gente que la acompañó en su formación desde los inicios. Todo alimentó el noble corazón de la protagonista. De ahí su voluntad inquebrantable, de ahí su poder de convicción afectiva para nosotros.

Amelia Barrón Calderón, la autora del presente escrito, ya tiene un buen lugar ganado en las letras durangueñas, como poeta y como narradora. Ahora nos entrega un trabajo más arriesgado, y por lo mismo más meritorio: la estructura, para comenzar, plantea una compleja tarea: reunir en esa concurrencia de hilos discursivos -las rememoraciones de la maltratada experiencia matrimonial de Olga Salazar, al lado de la recuperación de las evocaciones infinitamente más agradables de su infancia, como ya se dijo- atar, entonces, la totalidad descriptiva de una notable supervivencia, aquí enfatizada en su expresión literal. Sumado a lo anterior, se observa un acertado cambio de voces -tejido de personas gramaticales bien definidas- que junto al beneficio de la pluralidad de perspectivas, se observa asimismo un resultado de más profundidad.

Por la valiente representación de la violencia en la relación de pareja y la recuperación de un lejano pasado cercano al paraíso; por el fiel rescate de una ciudad provinciana y sus costumbres; por las no pocas aventuras e interesantes seres que habitan estas páginas; por asistir a un muy conmovedor cierre de la historia que hemos seguido (¿cuál es la noche más larga, la de la velación que recupera mil una añoranzas o la que ha dura toda una vida de sufrimientos?). Por comprobar, concluyo, la superación continua de una escritora tan estimada y entrañable... por eso y más valen los minutos que le dediquemos a esta breve y animada creación literaria (prólogo a la novela de referencia, de próxima publicación).

Escrito en: LETRAS DURANGUEÑAS observa, Barrón, lado, novela

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