Editoriales

Va porque va

SERGIO SARMIENTO

SERGIO SARMIENTO
"Nada más que cuando digo 'esto va', es porque va. Me canso ganso." — Andrés Manuel López Obrador

Andrés Manuel López Obrador es el gobernante más poderoso que ha tenido México desde los tiempos de José López Portillo, cuando el país sufría todavía la dictadura perfecta del PRI. Nuestro actual presidente no le debe el poder a nadie. Ningún mandatario anterior le dio su candidatura con un dedazo. Él mismo formó el partido que lo postuló a la Presidencia.

Hoy Andrés Manuel no solo es cabeza del poder ejecutivo, sino que domina el legislativo a través de su alianza de partidos. Ya ha escogido a un ministro de la Suprema Corte de Justicia y a dos miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México, uno independiente y el otro incondicional. A los órganos autónomos, que fueron los contrapesos del poder en los últimos gobiernos del PRI y del PAN, los está asfixiando con recortes presupuestarios. A los medios de comunicación y periodistas independientes que lo cuestionan, los acusa de conservadores, corruptos y fifís; cuenta, además, con un ejército de seguidores en redes sociales que hostiga a quienes lo critican, los tilda de chayoteros y los amenaza.

El proceso de toma de decisiones no había estado tan concentrado en México desde los tiempos en que López Portillo culpó a los banqueros de todos los males económicos que él mismo había provocado y ordenó el control generalizado de cambios y la estatización de la banca. El propio López Obrador reconoce que hay voces en su entorno que se oponen a algunas de sus decisiones: "No crean que no hay resistencias -dijo el 4 de enero--, yo tengo resistencias hasta dentro del gobierno." Pero de nada sirven porque cuando él dice que algo va, nadie puede impedirlo.

Solo así pueden explicarse algunas de las decisiones que hemos visto en este todavía joven gobierno. La cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México es quizá la peor, porque no se gana nada y en cambio se pierde mucho. El Tren Maya podría ser una apuesta para impulsar el desarrollo de la península de Yucatán, pero sin estudio de factibilidad, sin manifiesto de impacto ambiental y sin proyecto ejecutivo la decisión muy probablemente solo llevará a la creación de un elefante blanco.

Un ejemplo costosísimo de esta nueva forma de tomar decisiones la da el desabasto de gasolina. Resulta que el propio presidente ordenó suspender el transporte de combustible por ductos y utilizar en cambio pipas para este propósito. ¿Por qué? ¡Para evitar el robo de gasolina! Esto no solo ha multiplicado los costos de distribución, ya que es hasta 15 veces más caro transportar combustible por pipa que por ducto, sino que ha dejado con un serio problema de desabasto a varias regiones del país. "Como se están dando estos cambios -explicó el presidente-puede ser que haya en algunos puntos desabasto, pero se está atendiendo, y pido a los ciudadanos la comprensión y el apoyo."

Pretender combatir el robo de combustible suspendiendo el transporte por ducto es una decisión simplemente irracional. Sería como suspender el servicio del Metro para evitar los robos en los vagones. El que lo haga el presidente López Obrador, y que todavía pida "la comprensión y el apoyo" de los ciudadanos, es alucinante. Esto solo puede ocurrir en un país que ha desechado todos los equilibrios de poder para regresar a los tiempos en que un gobernante tomaba por sí solo todas las decisiones. sin importar cuán irracionales fueran.

RESPETUOSOS

"Somos respetuosos de todos los pueblos y gobiernos del mundo", dijo el presidente López Obrador para explicar su rechazo a firmar la declaración del Grupo de Lima que condena la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela. "No queremos tener pleitos con gobiernos extranjeros." Supongo que López Obrador no habría roto relaciones con el Chile de Augusto Pinochet.

Twitter: @SergioSarmiento

Escrito en: Jaque Mate López, solo, poder, Obrador

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas