El poder no tiene palabra, solo intereses
Servidor público durante casi seis años "sirviendo" a una de las clases más vulnerables de nuestro país, los campesinos, con resultados mediocres, ahora pretende dirigir ese sector en el otrora partido hegemónico, el Partido revolucionario Institucional; Silerio García pasó por la dependencia federal sin pena ni gloria, ahora se convierte en precandidato a dirigir la Central Nacional Campesina, y solo porque su padrino es dirigente nacional, de ese sector; si no apoyo a los campesinos cuando pudo, entonces tal vez querrá convertirse en un Carlos Matuk.
Por otro lado, ¿Quién está detrás de las aspiraciones del expriista Otniel García Navarro, rumbo a la candidatura a la Presidencia Municipal de la capital de Durango?, se les ha visto seguido en lugares públicos, aunque la duda surge si es de mutuo propio o lo envía su patrón.
Este año, Durango vivirá un proceso electoral a nivel local, serán renovados los treinta y nueve Ayuntamientos, algunas de las actuales autoridades municipales buscarán la reelección, pocos lo lograrán y otros se quedarán en el intento; por otra parte, es poco tiempo para asegurar que la lucha electoral podría representar un termómetro para la Administración de López Obrador, ni tampoco será un referente para la lucha por la gubernatura en 2022.
Independientemente de los nombres y personajes distinguidos que logren aparecer en las boletas electorales, debajo de la mesa ¿cuantas traiciones y negociaciones se verán? con tal de que no logre quedar el que no conviene a los intereses de los grupos poderosos; indistintamente del instituto político que represente, el poder en la mayoría de las ocasiones, representa intereses no ideologías.
Ejemplo de lo anterior, es lo que sucedió hace algunos años en un municipio lejano de la capital del estado, participaba un candidato a la presidencia municipal que encabezaba los esfuerzos del partido político en el poder de aquel tiempo, y por ser un activo del hoy exsenador de nombre Samuel Aguilar, el gobernador del estado negoció con un perfecto desconocido para que no llegará el candidato de apellido Armas Enríquez, y entonces apareció el hoy dirigente estatal blaquiazul Lorenzo Martínez Delgadillo y logró llegar a presidente municipal con el apoyo de un gobernador priista, bajo las siglas del partido fundado por Gómez Morín; en el pecado llevará la penitencia.
. . . puede ser que sí, puede ser que no, lo más seguro es que quien sabe, pero . . . ¿Dónde andará el multiamparado exgobernador Jorge Herrera Caldera?, ¿ya la libró?, después del daño que hizo a los duranguenses y no presentarse a rendir cuentas, ¿será una señal de que tiene alguna responsabilidad?, o ¿es mera coincidencia? aunque no es posible que sí fuera inocente de todo pecado, tendría el valor de presentarse a declararse inocente, pero algo debe esconder o debe estar muy protegido por algunos poderosos.
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