Avanza muy lento el mecanismo de Alerta de Violencia de Genero contra la Mujeres
Durante la primera quincena del nuevo año se han registrado varias agresiones en contra de mujeres. Se dio a conocer que en Gómez Palacio una mujer fue acuchillada por su propia pareja; días después, otra mujer fue enviada al hospital tras una golpiza que le propinó su marido. También en la ciudad de Durango, una mujer fue atacada a golpes por su ex esposo.
Estos casos son por supuesto los que salen a la luz pública pero hay un sinfín de mujeres que ocultan la violencia de la que son objeto, lo mismo en su casa que en sus centros de trabajo o lugares públicos.
Sin embargo, pese a las condiciones adversas que prevalecen y que le valió a 16 municipios de la entidad la Alerta de Violencia de Género contra Mujeres en el 2018, a la fecha hay muy pocos avances al respecto. La propia directora del Instituto Estatal de la Mujer, Laura Elena Estrada reconoce que no se tiene dinero para llevar a cabo las diferentes tareas que implica la alerta, además, en siete municipios ni siquiera han instalado los consejos que se requieren. Pareciera que no tienen mucha prisa en ponerse a trabajar.
En la página de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM) se pueden leer las acciones reportadas por las diferentes secretarías del Gobierno del Estado para atender el mecanismo de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres. En ese listado se indican principalmente cursos y talleres a personal de diferentes áreas y se habla de la construcción de un refugio para mujeres víctimas de violencia con un presupuesto de siete millones de pesos para ejercer en este 2019.
En un tema tan delicado como la violencia contra las mujeres, que representan más de la mitad de la población en el estado, no se debería escatimar recursos ni mucho menos ser indolentes en las acciones que se requieren para garantizar un desarrollo pleno, con igualdad de oportunidades. Los organismos de la sociedad civil son indispensables para darle seguimiento al asunto.
PUNTO Y APARTE.- Ha sido un agitado inicio de año derivado del desabasto (que no es desabasto según las autoridades) de gasolina en diferentes estados de la República Mexicana, como parte del combate al robo de combustible y afectar las finanzas de los llamados "huachicoleros".
La decisión de cerrar los ductos de Pemex y transportar la gasolina en pipas generó que un importante número de estaciones de servicio se quedaran sin producto o con muy poco, formándose largas filas de carros para surtir. El caos en aquellos lugares ha generado una sicosis que avanza como una onda expansiva a los otros estados, en donde empiezan los rumores de que también se presentará escasez.
Pareciera que los estrategas responsables de esta medida no analizaron a conciencia las posibles consecuencias para tomar previsiones antes de actuar, aunque ellos insisten, que como el Chapulín Colorado, "todos sus movimientos están fríamente calculados". ¿Quién podrá ayudarnos?
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