La fallida Comunicación del 'Huachicoleo'
Cada vez que avanzan los años se hace más indispensable la comunicación para los gobiernos. No se puede concebir la terea de gobernar sin comunicar. Práctica que se concibe mucho más compleja conforme transcurre el tiempo, y bastante tienen que ver las "benditas" Redes Sociales.
Los mexicanos estamos viviendo momentos extraordinarios y, si bien, los duranguenses nos mantenemos, hasta el momento, "ajenos" al conflicto del desabasto de combustible, sí hemos seguido a detalle, por diversos medios, los que ha sucedido. Y en el marco de todo este panorama, la comunicación gubernamental ha sido fatal, un verdadero fracaso.
Cuando un gobierno va emprender una acción de esta naturaleza, debe tener muy en claro, paso a paso, cada una de las etapas a desarrollar, las posibles implicaciones ciudadanas y un esquema de comunicación muy bien definido con las precisiones a informar, con los mensajes adecuados, de acuerdo a los posibles escenarios.
Sin embargo, el gobierno federal comunicó de su "estrategia contra el huachicol", hasta que las notas informativas y las redes sociales se los comenzaron a devorar. Cuando el agua estaba en el cuello, hablaron de la situación: que se trataba de un ataque frontal contra el robo de combustible de parte del crimen organizado, acción que la mayoría de los ciudadanos aprueban.
Lo que los mexicanos no aprueban, es que habitantes de nueve estados del país pasan horas para cargar un tanque de gasolina; que empresas mexicanas sufran pérdidas millonarias por esta catástrofe, pues a decir del presidente nacional de Coparmex, Gustavo de Hoyos, se superan los mil 250 millones de pesos, en tres mil 500 compañías, en los estados de Michoacán, Querétaro y Guanajuato.
En tanto, el gobierno quiere informar sólo a través de sus ruedas de prensa mañaneras. Resulta increíble que puedan contemplar que una crisis de esta dimensión se controla con una conferencia matutina, aunque sea el propio presidente de la República que la encabece.
El gobierno federal se ha echado a cuestas un grave problema de comunicación, derivado de que el presidente sea el vocero de todos los eventos y de todos los temas, con la variación del día de ayer, que le acompañaron 16 funcionarios. El que en su momento resultara efectivo que Andrés Manuel fuera el principal vocero, no significa que hoy sea un modelo exitoso, menos cuando estalla un problema de gran magnitud.
Y la crisis empeora cuando hoy quieren abordar las cosas con el mismo lenguaje y con la misma actitud, como si estuvieran en plena campaña; ese ha sido el garrafal error. Los tonos del presidente siguen al mismo nivel de campaña: que la prensa fifí, que los conservadores, que los hipócritas, que los canallas, que la corrupción; sin una respuesta concreta que convenza por qué miles de mexicanos no pueden cargar combustible.
Siguen en el aire interrogantes como ¿cuántos detenidos hay; cuántos millones de litros de combustible han sido recuperados; si fue en realidad una estrategia para combatir el robo; o fue por la irresponsable decisión de cancelar la importación del crudo? Urgen respuestas claras, comunicación precisa.
Y por si faltaba algo más, se le agrega al tigre una rayita más, la total incompetencia del gabinete energético. El director de Pemex ha permanecido oculto, nadie lo conoce. Y no se diga la secretaria de energía, Rocío Nahle, sin experiencia alguna en el tema.
No está en cuestión la guerra contra los criminales, sino la falta de planeación, de estrategia y la fallida forma de comunicar.
TW: @arlncontreras