Anarquía y muerte al volante
A escasos 43 días de iniciado el 2019, ya se contabiliza la muerte de dos personas atropelladas por unidades del transporte público, lo que sin duda es un foco rojo y amerita la atención de las autoridades que intervienen en el tema.
El primer incidente de este año fue justo enfrente del Hospital Regional del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) el jueves 17 de enero, donde un anciano murió bajo las llantas de un camión amarillo. Más de un testigo aseguró que el chofer iba distraído en el celular y por eso no se percató del hombre que cruzaba la calle.
La mañana del martes pasado, de nueva cuenta un varón de la tercera edad murió atropellado, en esta ocasión, un chofer de la ruta "Potreros" fue el responsable de la pérdida de esta vida.
Por desgracia, no son las únicas personas que han muerto bajo estas circunstancias. Por ejemplo, en enero del año pasado, un camión anaranjado de la ruta "Encinos" impactó a un hombre, y en diciembre pasado también hubo otro caso similar. En esa ocasión la víctima fue un motociclista.
Por supuesto, los anteriores son algunos de los casos y sin tomar en cuenta lo que ocurre en otras ciudades tales como Lerdo y Gómez Palacio.
Es verdad, en algunos de los accidentes los peatones tienen parte de responsabilidad al cruzar en zonas no peatonales, al ser distraídos o imprudentes pero también es una realidad que gran parte de los choferes del servicio público, en especial de los camiones, son muy poco civilizados y hasta la fecha, no ha existido autoridad alguna que los haya podido meter en orden.
Estos choferes son expertos en no respetar las reglas de vialidad. Les importan muy poco los límites de velocidad, se pasan los altos de los semáforos y aprovechándose de las dimensiones de sus unidades, se "avientan" para que los demás carros se detengan y les cedan el paso "voluntariamente a fuerzas". Incluso, algunos de los autobuses portan birlos puntiagudos en las llantas lo cual por supuesto, es utilizado para amedrentar a los demás conductores que prefieren hacerse a un lado.
Además de las visibles fallas en su conducción, hay otros a los que les gusta escuchar la música a todo volumen sin consideración para los oídos de los pasajeros, que no esperan a que la gente se suba bien a la unidad cuando ya arrancaron, que atiborran los camiones de gente con los riesgos que eso implica, bajan y suben el pasaje a mitad de calle.
Están además los camiones que contaminan a diestra y siniestra sin que nadie les impida circular libremente por las calles de Durango. En fin, son muchos los asuntos en los que debe trabajar la autoridad competente para lograr un buen servicio y en especial, impedir, en la medida de lo posible, que haya más víctimas mortales producto de la anarquía.
Claro está, hay choferes que cumplen cabalmente con su trabajo. Ojalá todos fueran como ellos.
PUNTO Y APARTE.- Ayer se celebró el Día del Amor y la Amistad, una fecha que representa un buena oportunidad para los negocios de mejorar su economía después de la pesada cuesta de enero. Se trata de un festejo meramente comercial pero que también sirve para la convivencia de parejas y amigos.
Sin embargo, de acuerdo a lo que da a conocer el INEGI, en México cada vez se cree menos en la promesa de "juntos hasta que la muerte nos separe". De cada 100 matrimonios, 28 terminan en divorcio. Además, las parejas optan por la unión libre, ahorrándose así, los trámites legales que después se convierten en un dolor de cabeza.