Adiós a Jorge Pérez Arellano Martínez
Incansable, amable y un gran amante del deporte, así era don Jorge Pérez Arellano Martínez, quien falleció a la edad de 86 años. Hoy, don “Choforo”, como era conocido entre sus amigos, ya está al lado de su amada esposa, Margarita González Santa Cruz.
Si algo distinguía a don Jorge Pérez Arellano Martínez, era su energía, y no solo la que contagiaba en su casa, sino la que dejó en el deporte. Toda una vida, donde destacó su gran pasión por el frontenis.
Y era común verlo en el frontenis del Club Campestre, donde el ingeniero de profesión, gustaba de jugar con sus amigos. Su amabilidad lo hizo ganarse el cariño y respeto de muchos en el Club, donde hasta existe, incluso, una bebida que él inventó: “La Choforina”.
Cuando llegó a Durango con sus papás Alberto Pérez Arellano y María Luisa Martínez Pedrosa de Torreón, entró a la escuela Guadalupe Victoria. Al año siguiente se fundó el Instituto Durango donde finalizó la primaria, también se fue un año de interno en el Francés de la Laguna. Allá jugaba solo futbol; regresó a Durango y fue parte de un equipo de beisbol donde jugó la pelota caliente.
Estuvo en México y practicó futbol americano, pero aquí en Durango comenzó a meterse de lleno al frontenis. Pero en realidad hizo de todo, incluido softbol en el Club Honor y Gloria, que comandaba entonces, don Mino Haro.
LOS INICIOS
Pérez Arellano Martínez comenzó a jugar en una unidad deportiva que existía hace años que se llamaba el Ariel; que se ubicaba por la escuela de Medicina.
Cuando ya jugaba en forma frontenis, se instaló Ciudad Deportiva, y con ello un grupo grande de frontenistas que ahí jugaban cada fin de semana.
Algunos de los que iniciaron en aquel entonces: “Juanito” Ramos, quien jugó en España; también estaba Carlos Corral, el doctor Matuk, los hermanos Matey, los hermanos Ascensio, Félix Rodríguez, Tufik Shade, Lalo Furken, Alfredo Trabusi y Enrique Rodarte, entre otros.
Cuando comenzaron las instalaciones del Campestre, incluyen desde luego, los frontones, tiempo en el que era el presidente, Jesús Gutiérrez, quien lo invitó.
Comenzó a frecuentar el club porque su papá, Alberto Pérez Arellano, fue uno de los fundadores y Jesús Gutiérrez los invitó al grupo de la Ciudad Deportiva para que conocieran las instalaciones y se hicieran socios. Entonces se formó un grupo muy grande de frontenistas; aunque no todos jugaban, convivían y les gustaba estar ahí porque se hizo tradición la comida de los sábados.
Y así fue como fue como don “Choforo”, se convirtió en un pilar del Club Campestre de Durango, que en el año 2010 le rindió un merecido homenaje, por su labor y dedicación en el deporte.
A don Jorge Pérez Arellano Martínez le sobreviven sus hijos: María Luisa, Jorge, Rodolfo, Juan Carlos, Gustavo y Vanesa; nietos y bisnietos, a quienes les dejó, sin duda, un gran legado.