OLGA AGUILERA
EL SIGLO DE DURANGO
Un mundo de letras se hace en nuestro interior, que quiere unirse y salir a flote para decir algo; sin embargo las callamos, ahí se quedan silenciosas, mudas... sin atreverse a hablar.
Ellas se forman dentro y se comunican entre sí, haciendo oraciones completas; sin duda son de sabiduría, pero hay unas rebeldes que siempre en contra: van y dividen, haciendo otra historia. Es ahí donde todas callan y ya no hablan, tienen miedo, se separan. Cada una queda al olvido -sin sentido- a las verdades de un escrito.
Es por eso que hoy escribo lo que en mi interior vive de mis propias letras, cubiertas, con telarañas de antaño, hechas de hermanos y hermanas, con sangre derramada por herencia. Y Digo derramada porque es lo que está oculto, aquello que no se ve pero existe, lo bello y a la vez grotesco. Por eso se mantienen quietas, no se mueven ni se unen, como en un principio.
Heme aquí descubriendo este mundo de letras muertas, pero vivas, todavía ante la tinta negra de esta pluma que las resucita cada vez que se enciende la mano discreta.
Hablan así:
Letras somos, diálogos internos, hacemos al hombre que se expresa diferente a lo que es. La sabiduría se forma adentro, no afuera; pero se insiste en crearla -allá- con sus propias letras. Ahí es donde nos callan; éramos bellas antes de ser. La palabra pierde toda su esencia cuando él nos olvida en un rincón y se convierte en un engreído, llamándose a sí mismo "Hombre de letras".
Es mordaz la palabra cuando el Ego hace creer al hombre en una sabiduría perfecta, cuando nosotras las letras somos las creadoras de su talento antes de que él siquiera se diera la idea de ser en un escrito. Por eso, en tanto que sea humilde podrá expresar lo que nosotras -las olvidadas- tenemos formado su interior. A él que presume de gran intelecto y de llamarse "Hombre sabio".
Así repito lo escrito. Es sin duda es lo mío, lo vivido, pues desde mi propio olvido de letras tengo el orgullo de ser creyente en la creación de la palabra. Se me ha dado la oportunidad de ser esta escritura... con sus propias letras.