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Sobre los cuentos de hadas

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J.R.R. Tolkien define al cuento de hadas como 'aquel que alude o hace uso de Fantasía, cualquiera que sea su finalidad primera: la sátira, la aventura, la enseñanza moral, la ilusión. La misma Fantasía puede tal vez traducirse, con mucho tino, por Magia, pero es una magia de talante y poder peculiares, en el polo opuesto a los vulgares recursos del mago laborioso y técnico'.

Cuando era niña, mi hermana tomó el papel de cuentacuentos oficial de mi vida. Nunca me pregunté si fue una obligación o vocación pura -hoy es maestra- pero sí recuerdo con claridad las noches que pasaba contándome leyendas, resumiéndome los libros que había leído y narrándome con detalle cuentos de hadas. Así fue como, a pesar de que las dos éramos niñas Disney, antes de que yo aprendiera a leer ya conocía el verdadero destino de la Sirenita de Andersen, convertida por siempre en espuma.

Supongo que por eso nunca comprendí que se le tachara a los cuentos de hadas de 'arruinar' infancias y crear falsas expectativas, especialmente en las niñas, porque como nos pasa a menudo, mi experiencia había sido diferente -hace un par de días leí un comentario en Facebook, a propósito del #8m y las discusiones sobre el aborto, en el que se explicaba que lo difícil en cualquier tipo de privilegio es aprender a verte desde afuera-. Y por eso, supongo, cuando encontré 'La importancia de asustarse', un breve ensayo de la poeta y Premio Nobel Wislawa Szymborska acerca del tema lo entendí todo.

Szymborska, a grandes rasgos, postula que 'los cuentos de hadas -el tipo apropiado, aquellos cuentos originales de los Hermanos Grimm y de Andersen- afirman lo que los niños intuitivamente saben que es verdad pero eventualmente les enseñan a olvidar, a temer: que lo terrible y lo maravilloso manan de la misma fuente, y que lo que le otorga a la vida su belleza y su magia no es la ausencia de terror, sino la gracia y elegancia con la que navegamos entre ambos'.

Las mismas nociones que Szymborska explora se encuentran también en 'Sobre los cuentos de hadas', ensayo escrito por J.R.R. Tolkien; esa idea de que, al centro del papel cultural que cumplen los cuentos de hadas, en realidad no existe eso que algunos llaman 'escribir para niños'. Tolkien postula que los cuentos de hadas se construyen a partir de un mundo secundario con sus propias leyes: cuando el autor es capaz de sostener este mundo, la mente del lector, sea niño o adulto, entra en lo que Tolkien llama 'voluntaria suspensión de la incredulidad' a partir de la Fantasía, 'una manifestación no menor sino más elevada del Arte, casi su forma más pura, y por ello -cuando se alcanza- la más poderosa'.

La Fantasía, según Tolkien, lleva a la 'renovación', que permite que nuestra atención, que disminuye y pierde filo y capacidad de asombro, se reinicie, dejando de lado todo lo que creemos poseer: 'de todos los rostros, aquellos de nuestros familiares son a los que más difícilmente podemos jugarles trucos fantásticos, y los más difíciles de ver con frescura, percibiendo su semejanza y desemejanza: que son rostros y, sin embargo, rostros únicos. Esta trivialidad es realmente el castigo de la 'apropiación': las cosas que son triviales, o (en un mal sentido) familiares, son aquellas que nos hemos apropiado, legal o mentalmente. Decimos que los conocemos. Se han vuelto como las cosas que una vez nos atrajeron por su brillo, o su color, o su forma, y ??les pusimos las manos encima, y ??luego los encerramos como un tesoro, acumulándolos, y al adquirirlos dejamos de mirarlos. [...] La fantasía [...] puede abrir el tesoro y dejar que todas las cosas encerradas salgan volando como pájaros'.

Según la historia, Einstein dijo: 'si quieres que tus hijos sean inteligentes, léeles cuentos de hadas. Si quieres que sean más inteligentes, léeles más cuentos de hadas'. Los cuentos de hadas, en su esencia, no enseñan que al final el príncipe rescata a la princesa y todo es por siempre color de rosa, sino que es posible combatir a todo lo que es oscuro, ya sea en forma de manzana envenenada o bruja traicionera, y salir victoriosos.

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@SNGCalderon

Escrito en: ITINERANTE cuentos, hadas, Tolkien, sino

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