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Jimena Montemayor

Ve el arte como herramienta de sanación

Jimena Montemayor estrena el viernes "Restos de viento", su segundo largometraje.

Ve el arte como herramienta de sanación

Ve el arte como herramienta de sanación

EL UNIVERSAL

Para la cineasta Jimena Montemayor el arte es una excusa para que el espectador reflexione sobre sus miedos o emociones ocultas y las exorcise, de ahí que en "Restos de viento", su segundo largometraje, explore temas como el duelo, la infancia y la negación.

En la cinta que se estrena el viernes 29 de marzo en el circuito cultural se muestra la vida de una mujer que al perder a su esposo también pierde la noción de la realidad e intenta evitar el sufrimiento de sus hijos haciendo menos evidente la ausencia.

"Me gusta contar historias sociales que permitan que el espectador se sienta cercano, se identifique y, de ser posible, sane lo que le atañe", compartió a Notimex la egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).

SENSIBILIZACIÓN

Montemayor ve al arte como herramienta para sensibilizar. "Las artes tienen la posibilidad de ayudar o sanar ciertas cosas o momentos que de otra manera tomarían más tiempo", indicó la directora, cinefotógrafa y guionista mexicana que en 2013 fundó Anima-Ars, una asociación sin fines de lucro que lleva talleres al Instituto Nacional de Cardiología "Ignacio Chávez" y al refugio contra la trata "Pozo de Vida".

El "lado B" de Jimena es impartir talleres de cine y fotografía a niños y personas vulnerables. "Me gusta ver la capacidad que tienen los niños, por ejemplo, de generar comunión, escucharse, entrevistarse y sentirse identificados".

TERAPIA

Al impartir un taller de cine en un hospital infantil, la cineasta comprobó que el arte es un disparador. "En este caso la cámara se vuelve una excusa para que los niños se den cuenta que el otro tiene cosas en común con ellos, que tienen el mismo dolor y se reconocen en ciertas situaciones".

En tanto en los refugios de trata la imagen fue una herramienta para que las víctimas se reconocieran pues al haber experimentado esa situación de esclavitud "les hacía falta proyectar en una imagen ciertas cosas. El papel y las fotografías fueron el intermediario entre lo que sentían y lo que vivieron".

Como esas experiencias la creadora tiene varias más, por eso procura que en su cine exista algo visual y sonoro que provoque al espectador, que lo haga sentir cercano, quizá hasta identificado con la propia historia.

TRABAJO

"Restos de viento" es el segundo largometraje de Montemayor, quien debutó como directora con "En la sangre", aunque también fue cinefotógrafa en cortos como "Ver llover", de Elisa Miller, ganador del premio a Mejor Cortometraje de Ficción en el cuarto Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y de la Palma de Oro a Cortometraje en la 60 edición del Festival de Cannes.

Aunque desea que muchos vean "Restos de viento" no le preocupa que su película no llegue a las salas comerciales, pues sabe que el cine de autor -como le llaman a su arte- debe ir abriendo espacios.

"Creo que en esta película tocamos temas universales con los que se pueden relacionar todas las personas y nuestra apuesta es generar espectadores en los nuevos espacios (cines alternativos) porque aunque vayan 10 personas son esas las que están destinadas a ver esta u otra película", aseveró.

A su decir, el cine debe generar su propia accesibilidad sin que importe la cantidad de personas que están viendo estas propuestas "porque toma tiempo acercar a los espectadores que están acostumbrados a mirar de alguna manera o dejarse llevar por lo que hay".

Escrito en: Jimena Montemayor cine, arte, personas, generar

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