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YAMIL DARWICH

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YAMIL DARWICH

Hace 25 años, el candidato a la presidencia de México, Luis Donaldo Closio Murrieta, fue asesinado y a la fecha no sabemos nada de cierto, transformando al personaje en un mito nacional que, según costumbre, le resaltan virtudes y esconden defectos.

Ese día, lanzó un discurso que seguramente ofendió y asustó a algunos poderosos; le transcribo algunos extractos, para que revisemos los avances de la política mexicana. Imposible copiarlo todo, si Usted quiere revisarlo consulte en La Internet, en tanto, conteste "si" o "no", según su consideración, del avance positivo en nuestra realidad nacional, independientemente del partidismo.

"Hoy vivimos en la competencia y a la competencia tenemos que acudir; para hacerlo se dejan atrás viejas prácticas: las de un PRI que solo dialogaba consigo mismo y con el gobierno, las de un partido que no tenía que realizar grandes esfuerzos para ganar".

"Hoy estamos ante una auténtica competencia. El gobierno no nos dará el triunfo: el triunfo vendrá de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo, de nuestra dedicación".

"Proponemos la reforma del poder para que exista una nueva relación entre el ciudadano y el Estado. Hoy, ante el priismo de México, ante los mexicanos, expreso mi compromiso de reformar el poder para democratizarlo y para acabar con cualquier vestigio de autoritarismo".

"¡México no quiere aventuras políticas! ¡México no quiere saltos al vacío! ¡México no quiere retrocesos a esquemas que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces! ¡México quiere democracia, pero rechaza su perversión: la demagogia!

"Por eso es que también hemos resuelto dar transparencia a todos nuestros gastos".

"Y para que el pueblo de México triunfe el 21 de agosto, los partidos políticos - todos - tendremos que sujetarnos a la ley y solo a ella, sin ventajas para nadie, sin prepotencias, sin abusos y sin arbitrariedades".

"En estos meses de intensos recorridos por todo el país, (...) me he encontrado con el México de los justos reclamos, de los antiguos agravios y de las nuevas demandas; el México de las esperanzas, el que exige respuestas, el que ya no puede esperar".

La parte medular de su discurso enmarca su visión en términos de denuncia, resaltando realidades dolorosas - ¿del entonces? - que, quizá, influyeron para marcar su destino... y el nuestro:

"Ese es el México que nos convoca hoy; ese es el México que convoca a mi conciencia; ese es el México al que habremos de darle seguridad (...) Yo veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso; (...) Yo veo un México de campesinos que aún no tienen las respuestas que merecen; (...) Yo veo un México de trabajadores que no encuentran los empleos ni los salarios que demandan; (...) Yo veo un México de jóvenes que enfrentan todos los días la difícil realidad de la falta de empleo, que no siempre tienen a su alcance las oportunidades de educación y de preparación; (...) Yo veo un México de mujeres que aún no cuentan con las oportunidades que les pertenecen; (...) Yo veo un México de empresarios, de la pequeña y la mediana empresa, a veces desalentados por el burocratismo, por el mar de trámites, por la discrecionalidad en las autoridades. Son gente creativa y entregada, dispuesta al trabajo, dispuesta a arriesgar, que quieren oportunidades y que demandan una economía que les ofrezca condiciones más favorables. (...) Yo veo un México de profesionistas que no encuentran los empleos que los ayuden a desarrollar sus aptitudes y sus destrezas".

"Un México de maestras y de maestros, de universitarios, de investigadores, que piden reconocimiento a su vida profesional, que piden la elevación de sus ingresos y condiciones más favorables para el rendimiento de sus frutos académicos; técnicos que buscan las oportunidades para aportar su mejor esfuerzo. (...) Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales".

"Veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan. (...) Yo veo un México convencido de que ésta es la hora de las respuestas; un México que exige soluciones. (...) Yo me propongo encabezar un gobierno para responderle a todos los mexicanos. El cambio con rumbo y con responsabilidad no puede esperar".

Luego declara enfáticamente "¡es la hora!", anunciando sus propósitos de cambios al futuro, siendo una verdadera denuncia revolucionaria que alertó a quienes buscaban consolidar su postura de poder; quizá confirmó la consumacion del crimen.

Veamos que nos depara el cambio y no sea un giro de 360 grados. ¿Cómo evaluó?

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Escrito en: YAMIL DARWICH México, (...), quiere, oportunidades

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