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VERDADES Y RUMORES

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El Agente 007

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Después de cincuenta días de huelga en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, que como de costumbre interrumpió funciones porque un grueso de sus trabajadores administrativos busca mejorar sus prestaciones laborales y no sus privilegios, como algunos piensan, los que tuvieron que salir a marchar contra el paro fueron los estudiantes, quienes cansados del cierre de la casa de estudios ya ven con preocupación la posible suspensión del semestre. Nuestros subagentes, disfrazados de pizarrón, maestros sindicalizados de la capirucha del estado, nos informan que el rector sostiene que la casa de estudios ya no le puede dar más cosas al sindicato, además, que los “beneficios” logrados por el grupo laboral, en poco tiempo, pasan a ser propiedad de los dirigentes, varios de los cuales han acumulado un número elevado de consideraciones, convirtiendo a La Narro en el mejor lugar para acomodar familiares. Y es que ya son muchas las voces que sostienen que la universidad padece de muchos problemas, pero dos ya se están volviendo insostenibles.

Uno de ellos es el nepotismo, pues se habla de una sola familia que tiene más de veinte miembros en la institución. El otro es todavía más delicado, pues aseguran nuestros subagentes que la administración anterior hizo un uso inadecuado de las previsiones del IMSS y del Fondo de Pensiones, desviando mucho dinero para atender las necesidades planteadas por el gasto corriente y salarios. Incluso se dice que el rector anterior, Jesús Valenzuela, visita muy seguido a La Laguna para reunirse con dirigentes sindicales con quienes trata este tipo de problemas. El daño a los estudiantes ya está consumado, pues por más que se diga lo contrario, no se puede atender el proceso enseñanza-aprendizaje de todo un semestre en unos cuantos días…Vaya forma de preparar a los futuros agrónomos y médicos veterinarios.

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A quienes les salió el tiro por la culata fue a la gente del titular de Ordenamiento Territorial y Urbanismo, Aldo Villarreal Murra, otro de los funcionarios estelares del alcalde de Torreón, Jorge Zermeño, y no estelar por su destacada labor, sino por su doble labor como director y recaudador. Como le hemos informado, estimado lector, desde hace semanas la dirección que encabeza don Aldo ha realizado un sinfín de acciones disfrazadas de regularización, como imponer multas por anuncios a diestra y siniestra sin un estudio previo y a discreción. Lo más reciente sucedió hace unos días, cuando una cuadrilla de inspectores de don Aldo acudió a un negocio en la zona industrial, y al ingresar con el fin de “aplicar” multas por varias faltas, zas, que les fueron cerradas las puertas de la empresa, quedando atrapados por el encargado del changarro, quien muy enojado por la actitud de los funcionarios les negó la salida hasta que le comprobaran el porqué de las supuestas fallas. La escena de los cuatro trabajadores asustados quedó grabada en varias fotografías, donde se los ve al lado de un vehículo oficial con placas de terminación en 65. Los empleados municipales tuvieron que pedir auxilio a la Policía municipal, que llegó en tiempo récord como si el llamado fuera por una escena de crimen. Tras dialogar durante un par de horas y pedir disculpas al enojado encargado, los muchachos de Urbanismo pudieron salir. Resulta de más curioso que este reporte no lo tenga en su registro la Dirección Municipal de Seguridad Pública, cuando en las fotografías se ven dos camionetas de la Policía con los números 35220 y 35266. Por lo que surge la siguiente duda: ¿les daría tanta pena el bochornoso incidente que prefirieron desaparecerlo de su historial, o, como de costumbre, se perdió el expediente que involucra funcionarios municipales?

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Aunque el discurso de la Cuarta Transformación sigue sosteniendo que lo primero es el ciudadano y el presidente Andrés Manuel López Obrador ha enfatizado que en su administración las instituciones están para servir y bla, bla, bla…, los que parecen no escuchar el mensaje, o mejor aún, se lo pasan por el arco del triunfo, son los de la Comisión Federal de Electricidad, que de nueva cuenta hizo de las suyas al dejar sin agua a Lerdo. La empresa abastecedora de energía bajó el switch a los siete pozos del sistema en San Fernando, que surten a la zona urbana y parte de la rural. Como de costumbre, el más afectado con el corte fue el ciudadano. Las necias acciones que han dejado secos de la sed a miles de ciudadanos en varios municipios laguneros han hecho que ya muchos estén pensando en enviar una comisión de ciudadanos a protestar en una de las mañaneras del presidente, sustentados en la prepotencia de la empresa, que, como de costumbre, no entiende razones y realiza sus cortes con medida de presión a las empresas paramunicipales que están atrasadas con su factura. Claro que la CFE también debería priorizar en mejorar su infraestructura. Ya que, como se recordará, hace apenas unos días dos mujeres laguneras resultaron con quemaduras graves en diversas partes del cuerpo y amputaciones en sus extremidades, luego de que un cable de alta tensión de la empresa federal se reventó en el centro de Gómez Palacio; claro, lo que causó que las autoridades de la paraestatal se echaran la bolita y no salieran a dar la cara por su omisión. Y algo que era sabido por todos, pero que ahora trascendió a nivel nacional, fue la nota de que a la CFE le encanta regalar la luz entre sus empleados, y nada más el año pasado esa prestación le costó al bolsillo de los ciudadanos tan solo mil 548.8 millones de pesillos.

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Tal parece que quien no ha aprendido el significado del dicho “no hagas cosas buenas que parezcan malas” es el representante del Ejecutivo estatal en La Laguna, Samuel Rodríguez, pues nuestros subagentes, disfrazados de lideresas resentidas, nos informan que el funcionario cumple con su función solo de membrete, puesto que se la pasa en la capital del estado gozando de lo lindo, y cuando pisa suelo torreonense es única y exclusivamente para hacer pasarela socialité con miembros de hueso bien colorado, pero identificados totalmente con la estructura perteneciente (aunque usted no lo crea) con el profe Humberto Moreira, y no es cuestión de asombro, pues basta recordar que a don Samuel se le ligó en su momento fuertemente con asuntillos escabrosos para la contratación de la famosa megadeuda cuando fue paladín del exgóber; sin embargo, según nuestros espías, la preocupación más grande hoy en día es si esas reuniones que lleva a cabo en Torreón con los personajes del primer moreirato serán para ponerlos en charola de plata a la orden del nuevo partido del profe, y no para la estructura que pretende, al menos en ideal, recuperar Torreón. ¿Será que el representante del Ejecutivo estatal sufre de Alzheimer y olvida que el gobernador hoy en día es Miguel Ángel Riquelme?

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La que se puso de mil colores, dicen, este martes fue la presidenta municipal de la Ciudad Jardín, María Luisa González Achem, y es que el negocio, perdón, la concesión del servicio del alumbrado público que traería, según expuso la munícipe, grandes beneficios a los lerdenses se vino abajo y no tanto por el fondo, sino por las formas. Hace meses los subagentes señalaron lo que parecía ser una concesión a modo para beneficiar a una empresa en particular, por supuesto, pecando de mal pensados, aunque bien dicen: No hagas cosas buenas que parezcan malas. Resulta que una reunión exprés, y más rápida que la comida de Ronald McDonald, este martes se pretendía que, sin hablar antes con los regidores y el síndico municipal encargado nada más de firmar las cuentas públicas, se aprobara al vapor concesionar el servicio de alumbrado por doce años, comprometiendo las finanzas municipales por unos 300 millones de pesillos y a cinco meses de que concluya la administración municipal, y el válgame de los válgames, todo esto a unos días del inicio de las sagradas campañas electorales, pero ¿qué estaba pensando Doña María Luisa? En fin, pese a las buenas intenciones que declaró tener la presidenta, lo anterior no les olió nada bien a los miembros del máximo órgano colegiado del Ayuntamiento, quienes no están dispuestos a levantar la mano nada más porque sí. Muchos culparon al secretario del Ayuntamiento, Ricardo Torres, quien en todos estos años de pertenecer a la bendita nómina municipal aún no se aprende por lo menos los tiempos en los que legalmente puede citar a sesiones extraordinarias y se adelantó nada menos que por tres días, como si de una urgencia se tratara.

Lo peor de todo fue que la presidenta, dicen, no se esperaba que los miembros del Cabildo, más que cerrarle la puerta en la nariz ante la propuesta de la edil, construyeran algo así como un muro, por lo que dicen que en la sesión salieron chispas una vez que la presidenta se levantó de la sesión. Aseguran las lenguas de doble filo que la sesión, tristemente celebrada, fue a puerta cerrada, no sabemos si para que nadie pudiera salir y por supuesto nadie pudiera entrar. Doña María Luisa terminó echándole la culpa -como otras tantas veces- al síndico municipal, José Dimas López Martínez: “Pongan a Dimas entonces de su presidente si tanto caso le hacen”, reclamó la presidenta a los integrantes de la fracción de su partido PRI, y de paso a los de oposición. Todos se hicieron los desentendidos y diplomáticamente abandonaron el recinto. Por cierto, Dimas, quien por supuesto sí quiere, ha querido y quiso hace unos meses ser candidato a presidente municipal; fue el primero en sumarse, como se sabe, al proyecto de unidad de su partido y hasta se acomodó como coordinador de campaña del actual candidato del PRI, Homero Martínez Cabrera, a la presidencia de Lerdo, cosa que sin duda y en vista de tan álgidas discusiones no piensa hacer Doña María Luisa. La presidenta, aseguran, tiene rotundas diferencias con el que fuera su tesorero municipal el primer año de su gobierno y hoy candidato (vaya usted a saber por qué); total que una de las cosas por las que aseguran Doña María Luisa no solo no ayuda a Martínez Cabrera, sino que le estaría jugando en contra coqueteando con algunos candidatos de otros partidos, es la negativa de los que deciden en el partido a otorgar al hijazo de su vidaza, Samir Rivera, una de las primeras regidurías en la planilla de Don Homero. A ver en qué termina esta historia, que sin duda tendrá una segunda parte.

Escrito en: verdades y rumores unos, María, nada, pues

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