¿Duda, miedo o desconfianza al psicólogo?
A lo largo de la vida pasamos por momentos difíciles que nos causan conflicto e inestabilidad, actuamos de forma a veces desconocida para nosotros mismos y nuestro estado de ánimo se ve afectado seriamente. Y ocurre que alguien cercano a nosotros nos dice que necesitamos ir al psicólogo, ir a terapia o buscar atención psicológica, y es común que nuestra primera reacción ante esta sugerencia sea decir "Yo no estoy loco". ¿De dónde nace esta opinión? Son varias las ideas.
A través de la historia de la atención en salud mental, la práctica clínica ha tenido capítulos bastante aterradores en años pasados. Hacia el siglo XVIII los hospitales psiquiátricos eran lugares donde se encerraba a personas de todo tipo y condiciones; los métodos utilizados como "tratamientos" eran bastante agresivos, pues no había mucha investigación sobre el padecimiento mental. Hoy en día se cuenta con hospitales de salud mental bien establecidos, con protocolos de atención respaldados en la ciencia y apegados a los derechos humanos. Por otra parte, la figura del psicólogo ha tenido muchos cambios a lo largo de la historia, desde los psicólogos experimentales haciendo ensayos con palomas, ratas y perros, hasta el bien conocido psicoanalista Sigmund Freud con su famoso diván. La atención en salud mental hoy, ya no es aterradora.
Otra idea es que hay quienes desconocen la función del psicólogo, no saben de qué manera trabaja y por lo tanto, de qué manera puede ayudar. Según la Real Academia de la Lengua Española un psicólogo es "una persona dotada de una especial sensibilidad para el conocimiento del comportamiento humano", sensibilidad que se logra a través del estudio pero que también nace como una vocación. A veces sucede que se ha escuchado información errónea acerca del quehacer del psicólogo y la gente se queda con eso, no busca otras opiniones para aclarar sus dudas. Desafortunadamente, también ha habido un mal ejercicio de la profesión y eso ha afectado en la confianza al psicólogo en general, de ahí la importancia de la vigilancia del ejercicio profesional a través de los colegios de profesionistas pues es importante destacar que no todos los psicólogos pueden dar psicoterapia, sólo aquellos que cuenten con una maestría o especialización en el tema.
Hay quienes mencionan tener miedo de hablar con una persona que no las conoce. He oído mencionar numerosas veces: "Yo qué voy a andar hablando mis cosas con alguien que ni conozco" y en parte, ahí radica el éxito de una psicoterapia. No es hablar con un desconocido, es hablar con una persona que sabe qué hacer con lo que le están contando y de qué manera regresarlo a la persona para que le sea útil en su reparación. Cabe mencionar que las sesiones se mantienen en estricta confidencialidad por ética profesional, lo que invita a hablar de cualquier tema en plena confianza.
Si bien hay un costo de atención en el ámbito privado que pudiera ser caro para algunas personas, existen muchos lugares de atención subsidiados por gobierno, fundaciones e iniciativas privadas donde las cuotas son mínimas y/o de recuperación. Es una inversión que se hace en la salud mental, un área que, si no se atiende a tiempo, el costo se elevará alarmantemente ya que en un futuro puede necesitar medicamentos, tratamientos y especialistas más caros.
Me gusta escuchar cuando la gente dice "No tiene nada de malo, es bueno ir a una revisión" o "Alguna vez en la vida tenemos que ir", aunque se escucha un poco resignado es un muy buen intento de investigar cómo estamos internamente, es darle una oportunidad a ese "yo oculto", a sacar esos miedos escondidos.
Hay personas que se resisten a aceptar ciertas actitudes o conductas que les estorban en su relación con los demás o que los hacen sentir mal, el psicólogo muestra a la persona, con ciertas técnicas, estas conductas para que la persona las modifique.
Las personas que asisten al psicólogo en su mayoría son personas que se encuentran muy conscientes de su realidad y saben que necesitan ayuda. Se necesita estar convencido de la necesidad de ayuda para acudir a un lugar donde tú mismo vas a descubrir aquel camino que no has podido ver.
Asistir al psicólogo no es aguantar una crítica, no es recibir un juicio, ni ganarse un regaño, ni siquiera conseguir un consejo; es caminar de la mano con alguien que te hará ver lo que no alcanzas a ver tú mismo o, como a veces ocurre, que no quieres ver lo que precisamente te está causando conflicto; este descubrimiento te ayudará a tomar mejores decisiones en tu vida porque ahora podrás ver toda tu vida con más claridad; acudir a psicoterapia es caminar acompañado.
Date la oportunidad de vivir la experiencia del autodescubrimiento a través del acompañamiento de un psicólogo en una psicoterapia, soltando todo aquello que ya no te sirve en la vida, adoptando nuevas formas de actuar y sentir que te hagan más estable, más sano, y por qué no, que te hagan feliz.