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Fe

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YAMIL DARWICH

De nueva cuenta, la Semana Mayor se ofrece como oportunidad para dialogar sobre la Fe, eso que simplemente se tiene o no.

Los creyentes decimos que es el gran regalo que Dios nos entregó; para quienes no la tienen, les representa la esperanza de construír en este mundo y para sí, dejando un legado positivo a los descendientes, un recuerdo trascendente e imitable de vida, más allá de lo que pueda ser la muerte.

Le invito a reflexionar sobre la fe o simplemente el comportamiento social y de construcción psicológica/intelectual de cada quien, aprovechando estos días que nos dan la oportunidad de hacerlo:

Empecemos por lo dicho sobre fe y ciencia: "como dos vías paralelas que viajan juntas al mismo punto, pero jamás de unen".

¿Será así?, en contrapartida los creyentes enunciamos nuestra postura, afirmando que creer es un don que se recibe y luego debe de engrandecerse con obras. Para tener fe se requiere sentirla, ya que no pasa la prueba del análisis por el método científico.

Durante muchos años la ciencia estuvo unida a la fe; de hecho, los primeros pensadores consideraban como realidad la existencia de un principio creador - Dios para los creyentes - y a partir de ello se enfocaron en tratar de descubrir las leyes del cómo fue creado el Universo: física, química, biología, astronomía, luego astrofísica y otras ramas científicas evolucionadas.

Luego, con el desarrollo del pensamiento científico, vino la idea de que el universo era consecuencia de un gran estallido: el "big bang", que dio origen a todo, un simple resultado de ensayo y error a través de milenios de años luz, hasta aparecer la Tierra y sus componentes, nosotros sobresaliendo y autonombrándonos "reyes de la creación". ¿Realmente lo seremos?

Luego, arribaron los grandes pensadores de las ciencias modernas, los Einstein o Watsons y Cricks, que dieron un fuerte impulso al conocimiento humano en temas de física y biología, aunque ya antes habíamos sido inoculados con una enfermedad que se llama soberbia; Federico Nitzsche, genio pensador, con firmeza declaró "Dios ha muerto".

Es evidente que ese ensoberbecimiento del hombre nos ha llevado a sentirnos únicos y autosuficientes para enfrentar los retos del Universo y, ante eso, de pronto, la propia ciencia lanza cuestionamientos para los que por ahora no tenemos la respuesta adecuada. Los materialistas aseguran que llegaremos a aclararlos antes de mediados de siglo.

Resulta que con la astrofísica y física cuántica, los científicos están dudando de lo que aseveraron como verdad hace unos pocos años y están perplejos - le llaman perplejidades a eso que no comprenden - ante muchos eventos que les son inentendibles.

Últimos descubrimientos en física cuántica parecen orientar a que nada es lo que parece; todo lo que nos rodea, incluidos nosotros, estamos formados por energía pura y los investigadores ahora están tratando de comprender cómo realmente esta construido el mundo físico -Revista Ciencia, junio 2017-.

Sorprendidos porque han encontrado que los electrones funcionan como ondas y partículas al mismo tiempo; dependiendo de las circunstancias se comportan de manera diferente. Cuando la observación consciente está presente, las partículas - que cuando no supervisadas se muestran como ondas - actúan como unidades físicas. Difícil de imaginar.

Así, tal vez, el mundo que nos rodea existe simplemente porque una especie de conciencia lo mantiene unido, en existencia. A esta conciencia se le ha llamado conciencia colectiva, Dios, Logos y muchas otras interpretaciones que plantearon la teoría de que "toda existencia está en algún tipo de conciencia que la mantiene unida".

Entonces: ¿qué crea la realidad mutua que todos los humanos percibimos?

Los descubrimientos científicos han demostrado que todo en el universo está extrañamente conectado en lo que se llama un "enredo cuántico", ya definido por Leibniz - Teoría de las Mónadas - y a últimas fechas por Robert Lanza - Teoría de Biocentrismo.

Esos científicos y otros del presente siglo, declaran que pareciera que todo aquello que nos rodea, incluyendo a nosotros mismos, está conectado.

Así, se pueden entender algunas posturas filosóficas/científicas que hablan de una introyección - meterse en uno mismo - y no proyección - al exterior - del ánima, alma o mente, como Usted quiera, abriendo la posibilidad de imaginar otro tipo de cielo, paraíso o edén, del que tradicionalemente nos han inculcado. Interesante.

Mayor complicación cuando con la máquina de drones - máquina de Dios - han lanzado una particula que atraviesa una membrana separada por un tabique y ésta se separa para pasar por la derecha y por la izquierda a la vez, ¡para luego reunirse!

Queda mucho por descubrir y con ello encontrar - posiblemente - la concordancia entre ciencia y fe, con un principio creador, postura que de nueva cuenta se revisa por muchos; para los creyentes con fe, es Dios. ¿Cuál es su postura?

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Escrito en: Diálogo YAMIL DARWICH conciencia, creyentes, ciencia, mundo

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