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EL SIGLO DE DURANGO

La dicha de ser amado

Amar y ser correspondido es maravilloso, pero amar no es sólo dejarse llevar por una gran pasión, atracción o deseo; hay que saber amar. Imaginemos a una persona que, paseando por el campo, e inesperadamente, se hace presente en su campo de visión un sublime atardecer, el más hermoso que nunca antes había visto en toda su vida; maravillada hasta las lágrimas, aunque hubiese a la mano todo lo necesario para capturar en un lienzo esta hermosísima visión, por más que lo desee, esto no será posible, a menos que con anterioridad haya aprendido a pintar con notable maestría. Lo mismo pasa con el amor, por más apasionada que este una persona, a menos que sepa amar, su pasión por si sola no le bastará para bien amar. De hecho, para hacer bien cualquier actividad hay que aprender a hacerlo bien; desde aprender a barrer, hasta realizar una cirugía cerebral; pasando por aprender a ser esposos, padres, manejar un coche, hablar otro idioma, etc. Y no es sólo aprendizaje teórico lo que se requiere, sino también aprendizaje vivencial, práctico; por ensayo y error. Es por esto que en el caso de un segundo matrimonio tanto para él como para ella, es de esperarse la ejecución de un mejor desempeño de parte de ambos cónyuges. Hay un dicho que dice que en un segundo matrimonio se quiere menos pero mejor.

El célebre filósofo, sociólogo y psicólogo, Erich Fromm, identifica cuatro elementos básicos para lograr una relación amorosa de calidad. Estos son: conocimiento, comprensión, respeto, responsabilidad y cuidado.

Con otro enfoque, San Agustín nos obsequia una bellísima referencia al amor: "La medida del amor es amar sin medida". Esta cita me encanta, pero no por ello dejo de estar consciente que el amor debe también administrarse. Amar, es una hermosa actividad que reditúa mejores frutos si en algún grado y de alguna forma, se planea, organiza, dirige y controla.

Entre mejor sepamos amar, más plena y satisfactoria será la vivencia personal y conjunta de ser pareja.

EL OTRO LADO DE LA MONEDA: LOS PROBLEMAS DE LA PAREJA.

Cuando surgen problemas en la relación de la pareja, ella o él, o ambos, van a ver al psicólogo. En general los problemas de la pareja, desde mi punto de vista, pueden ser de cuatro tipos, mismos que comento a continuación, yendo de los más sencillos a los más complejos:

A. Problemas comunes que resultan no ser ni tan grandes ni tan complejos como parecían, problemas en los cuales nos es muy satisfactorio ayudar a las parejas a analizar lo que está pasando y ver como es conveniente proceder para restaurar su tranquilidad y bienestar.

B. Escenarios en las cuales ella se siente mucho muy abrumada por la carga de trabajo que representa ser ama de casa, esposa y madre. Esto pasa muy frecuentemente.

C. Situaciones en las cuales no se presentan los dos, sino sólo ella y no sabe si seguir o no con su pareja.

D. Contextos en los que la relación de pareja fue muy buena y duradera, pero sin mayores indicios, él (o ella) termina la relación, y ella (o él) no puede aceptarlo, ni soportarlo, ni tener paz, ni le resultan de ayuda los razonamientos al respecto, ni el paso del tiempo. Y el sufrimiento es terrible y parece no tener fin. Situación comparable a cuando muere uno de nuestros más queridos seres. Tan insufrible se vive esto que en ocasiones lleva a el suicidio.

Atender como psicólogo a quienes han perdido a su pareja, o a quienes su pareja les ha sido infiel, son los casos que más reto, aplomo e ingenio creatividad le significan al psicólogo. Situaciones en las que uno mejor quisiera tener una varita mágica para poder brindarle más rápido y mas alivio a la persona sufriente que ha acudido a uno en búsqueda de ayuda. Situaciones en las que, de inicio, uno hace del conocimiento del cliente el hecho de que inevitablemente va a tener que tomar todo el sufrimiento y tiempo que estos trances conllevan. Pero que finalmente, poco a poco, y sinérgicamente, como resultado de lo que la persona en cuestión haga, lo que el psicólogo aporte, y el paso del tiempo, finalmente la persona atendida recuperará su armonía y bienestar.

Bibliografía: Fromm Erich.

El arte de amar.

Psic. Héctor González

Ramírez.

Comentarios, preguntas

y citas:

hector_gonzalez_ramirez@hotmail.com

Escrito en: CoMePPSi tener, persona, ella, aprender

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