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Vulgaridad

Diálogo

YAMIL DARWICH

La palabra viene del latín vulgaris, que se refiere a "alguien o algo perteneciente o relativo al vulgo"; el vocablo se aplica a aquellos o aquella cosa impropia para personas cultas o de buena educación.

Recordemos que la educación elemental se adquiere desde el estado embrionario, luego en el hogar y que es tan o más importante que la escolarizada. En casa se construyen las bases de la ética personal y consecuentemente el respeto al orden y la moralidad.

Considerando que el grado de escolaridad de México es de 9.1 años -apenas alcanzamos la secundaria terminada- podemos concluir que aún estamos lejos de tener niveles de educación suficientes para enfrentar el reto de la competitividad mundial. Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Chiapas no alcanzan los 8 años.

En educación se habla de "habilidades intelectuales del orden superior", enunciado que le encanta a la Doctora en Educación, Teresa Díaz Aguilera y que ahora sabemos se alcanza con el ejercicio neuronal. Los principales "gimnasios" son: casa y escuela.

Si anteriormente decíamos que neuronas lesionadas se pierden, ahora la ciencia acepta que no solo se rehabilitan, sino que pueden fortalecerse con base al ejercicio mental, caso del desarrollo y conectividad entre las llamadas redes neuronales, permitiéndonos guardar mayor información y consecuentemente tomar mejores decisiones basadas en el saber.

Le pido que tome en consideración que no se trata de hacer distingos de calidad humana; todos somos iguales, con los mismos derechos, escolarizados o no, únicamente le comparto información científica.

La introducción en el tema viene a colación por las manifestaciones de algunos políticos que se han empoderado en las cámaras de diputados y senadores.

El concepto de "poder para el pueblo", ha sido la bandera que el populismo impuso y en la actualidad aceptamos, referida a las decisiones de una nación que debe tomar en consideración el bien común; atendiendo la definición de bueno para todos, con la consecuente acción de las autoridades electas, tomadas como las mejores alternativas para el puesto. ¿La definición nos acomoda?

En ese orden de raciocinio, debemos concluir que esas decisiones deben tomarlas los que saben y que han demostrado tener la suficiente información para discernir entre lo bueno o malo, para concluir con una acción adecuada.

Desgraciadamente el populismo - palabra que viene de pópulo, pueblo´ - se ha desvirtuado en nuestra politiquería nacional, haciendo llegar al poder de decisión a personas no aptas para los puestos.

"Empoderar al pueblo" no significa poner a tomar decisiones a quienes carecen de adecuadas habilidades intelectuales y capacitación para el puesto.

Le comparto datos tomados de Internet: solo el 67 % de los diputados tienen estudios universitarios; los más preparados, por partido, son: Movimiento Ciudadano, 92 %; contra 48 % de Morena, los más bajos.

Así podemos encontrar personales que se distinguen por su falta de preparación para el puesto: artistas y comediantes como diputados o el agrónomo nombrado director de PEMEX, empresa que requiere cuidados intensivos en administración y finanzas. Usted recuerde más casos.

Bien que el poder proteja al desprotegido, pero debe ser con base a mejores políticas de educación y desarrollo; para el caso, ahora, el sector más radicalizado de los profesores, exige beneficios desmedidos, manifestándose con violencia grosera y en el menos grave de los casos perjudicando la vida civil y económica de México.

Interesante revisar que los profesores más agresivos pertenecen a los estados con menores niveles de educación escolarizada y tienen las más bajas calificaciones en la evaluación magisterial.

Mal estamos cuando la violencia supera a la inteligencia y la fuerza supera a la razón; se dice que el recurso violento es para los incapaces de dialogar y en el grupo debemos incluir a quienes no tienen carácter y/o temperamentos adecuados para el servicio, que les conduce a la brutalidad, demagogia y/o abuso de poder. ¿Ya va "cuadrando" nuestra realidad?

Así, el senador Félix Salgado Macedonio, agrónomo, amenazó a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con desaparecer el máximo tribunal del País, si no se sujetaban a los designios de la Cuarta Trasformación; o el senador Ricardo Monreal, doctor en derecho administrativo, quien intentó prohibir el cobro de comisiones bancarias, provocando una devaluación del peso.

A últimas fechas hay ejemplos femeninos que utilizan la vulgaridad verbal ¡en el estrado de la Cámara de Diputados!: Eva Eugenia Galaz Calleti, traductora, llamó a los reporteros "retrasados mentales", por cuestionar los intereses de su compañero de bancada Armando Guadiana Tijerina; Jesús Lucía Trasviña Waldenrath, abogada, calificó como "sátrapas, ratas y entrelucidos" a opositores al cierre de guarderías. El regional más reciente, con Elisa Catalina de Hoyos: "Zermeño ha demostrado ser, y perdonen la expresión, un cerdo machista".

Nuestra realidad en política nacional me recuerda a lo que decía Tenchita ante las amenazas: "¡Dios nos cuide!". ¿Qué piensa?

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Escrito en: educación, decisiones, concluir, mejores

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