Manzana, cóctel extraordinario
La manzana es rica en pectina, un tipo de fibra soluble que no se absorbe en el intestino. Retiene el agua y se convierte en un gel que actúa como una emulsión que absorbe desechos en el intestino y facilita la eliminación de toxinas con las heces.
Ácidos orgánicos únicos.-Representan entre el 1% y el 1,5% del peso de la manzana. Estos ácidos producen al metabolizarse un efecto alcalinizante (antiácido) en la sangre y los tejidos (la acidez favorece la inflamación y la aparición de enfermedades como el cáncer). Además, renuevan la flora intestinal, evitan las fermentaciones y actúan como dentífrico natural.
Taninos y flavonoides.-La manzana es, después del membrillo, una de las frutas con un mayor contenido en taninos, que son astringentes y antiinflamatorios. En cuanto a los flavonoides -presentes en muchas frutas y hortalizas- impiden la oxidación del colesterol "malo" LDL, lo que evita que se deposite en las paredes las arterias.
Vitaminas y minerales.-Entre sus vitaminas destaca la C: una manzana puede cubrir el 30% de las necesidades diarias.
Es rica en boro, mineral que interviene en numerosas funciones del organismo.