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Activista urge a reforzar controles sobre Guardia Nacional

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La sociedad civil seguirá de cerca la actuación de la Guardia Nacional, sobre la cual deberán reforzarse "todos los controles posibles" pues es difícil que sus integrantes rompan la inercia de una formación militar, sostuvo el activista Humberto Guerrero.

Expuso que las fuerzas castrenses debieron recibir desde hace una década capacitación en materia de derechos humanos, tras la sentencia que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) emitió al Gobierno de México en noviembre de 2009 por el caso de desaparición forzada de Rosendo Radilla Pacheco.

Destacó que, en el marco del acompañamiento que las Naciones Unidas otorgará a la creación de la Guardia Nacional en su formación y operación basada en respeto a los derechos humanos, debe contarse con mecanismos de supervisión, monitoreo y rendición de cuentas para evitar nuevos incumplimientos a sentencias internacionales o nacionales.

Luego del nombramiento del general brigadier en retiro Luis Rodríguez Bucio como comandante de la Guardia Nacional, reconoció que este nuevo cuerpo de seguridad pública en sí mismo no es la solución a los problemas de inseguridad que vive el país, pero es un avance.

“Es difícil hablar de un beneficio de la duda (para la Guardia Nacional) porque la consecuencia de una equivocación en este tema son vidas humanas (…) y ahora lo que toca es reforzar todos los controles posibles, sobre todo cuando el tema de seguridad se colocó entre la población por encima de temas como el empleo o la economía”, expresó en entrevista.

A pregunta expresa, indicó que la sociedad civil seguirá de cerca la actuación de la Guardia Nacional, al igual que lo ha hecho desde hace muchos años con diversas políticas de seguridad pública que se han puesto en marcha.

“Aún está por definirse qué mecanismos establecemos (para seguir de cerca la actuación de la Guardia Nacional)”, acotó el coordinador del Programa de Derechos Humanos y Lucha contra la Impunidad de Fundar, Centro de Análisis e Información.

Al abundar sobre la capacitación que en materia de derechos humanos recibirá la Guardia Nacional por parte de Naciones Unidas, dijo que ésta no generará por sí misma los cambios que en esa materia requiere el nuevo cuerpo de seguridad pública si antes no se dejan atrás las inercias con las que se conducen sus integrantes, aunado a la desconfianza que persiste entre la población.

Recordó que, en teoría, los medios castrenses debieron recibir capacitación en materia de derechos humanos desde 2009, tras la sentencia de la Corte Interamericana sobre el caso Radilla Pacheco, ocurrido el 25 de agosto de 1974, a manos de efectivos del Ejército en Guerrero.

Entonces, “el tema no es la capacitación de derechos humanos, sino más bien cómo estamos entendiendo esa capacitación”, porque de nada servirá que en su currícula aparezca que tomaron varias horas de instrucción si en la práctica no se genera un cambio de conducta de las autoridades para ser más respetuosas de los derechos humanos.

Consideró que una capacitación que busque generar cambios sustanciales es aquella que implique que la formación que reciban los elementos castrenses o de cualquier otro cuerpo de seguridad “sea completamente bajo un paradigma de seguridad ciudadana. Es decir, que la finalidad de la función policial sea la protección de derechos humanos”.

En el caso de la Guardia Nacional, que estará conformada por elementos de policía Naval y Militar, así como Federal, “implica que ese personal ya recibió formación bajo cierto paradigma militar, lo cual implica que a estas alturas de su formación no cambie de la forma radical que se quiere”.

Para el activista y egresado de la licenciatura de Derecho por la UNAM, ninguna solución que se maneje como única y que va a resolver el problema por sí sola es realista. Además “persiste el temor de que es gente que no está preparada para ejercer funciones de seguridad pública, lo cual implica varios desafíos”.

Esto es, añadió, será difícil que se rompa la inercia de una formación militar y de un entendimiento de sus funciones, “más en la lógica de la formación militar, por lo que va a costar tiempo el que se asuma como una corporación de carácter civil, no sólo por el mando sino por el componente de que es gente con bases militares”.

En su opinión, seis años puede ser un tiempo razonable para conformar un cuerpo de seguridad maduro, sólido, pero la continuidad va a ser importante, porque la Policía Federal es un ejemplo de una corporación que sufrió varios cambios y, según él, “el resultado ya lo vemos: una institución que no estuvo a la altura de los retos de seguridad del país”.

Escrito en: SENADO leyes secundarias Guardia Nacional militarización Guardia, seguridad, derechos, formación

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