HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
El Señor concluyó la obra de la creación. Adán contemplo la majestad del universo y dijo al Creador:
-Padre: tu obra es hermosa y admirable. Deberías poner en ella tu firma del mismo modo que los artistas rubrican las obras salidas de sus manos. Escribe tu nombre en el cielo de modo que los hombres de todos los tiempos sepan que el universo es obra tuya.
-Lo haré -accedió el Señor-. Pero: ¿en qué idioma escribiré mi nombre? Si lo escribo en latín acabarán por no entenderlo ni los eclesiásticos del futuro. Si lo pongo en inglés dirán que estoy entregado al imperialismo yanqui. Si lo escribo en japonés no faltará quien piense que los japoneses compraron también ya el nombre del Señor.
Le sugirió el hombre:
-Pon tu firma en letras que todos los hombres puedan leer.
Así hizo Dios. Y a manera de firma puso estrellas en el cielo.
¡Hasta mañana!...