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JESÚS MENA VÁZQUEZ

La puesta en marcha de la refirneria de Dos Bocas en el estado de Tabasco bajo la dirección de la Secretaría de Energía y Pemex pone de manifiesto la urgencia de esta administración para concluir sus proyectos estratégicos sin detenerse a ponderar todos los elementos para llevar a cabo una obra de esa magnitud.

Es revelador que ninguna de las empresas invitadas para participar en la construcción de la refineria haya aceptado participar en las condiciones en las que el gobierno planteó la ejecución del proyecto.

Al momento de hacerse público el nombre de las firmas de ingenieria que estaban invitadas para participar se hizo especial mención al hecho de que eran empresas especializadas y con gran experiencia en la construcción de refinerias. Sin embargo, ninguna quiso poner en riesgo su reputación al aceptar un proyecto que, según sus cálculos, era imposible de realizar en los tiempos y el presupuesto que demanda el gobierno de México.

Aún con la evidencia de que ninguna firma especializada quiso hacerse cargo del proyecto de infraestructura insignia en materia energéctica, el gobierno federal decidió seguir adelante, en los tiempos y el presupuesto marcado desde el prinicipio por el propio Presidente de la República.

Esta decisión por parte del Gobierno de la República se toma en el contexto de la complicada situación financiera de Pemex, ahogada por su deuda y sus obligaciones fiscales con el estado mexicano. Si Pemex llega a perder el grado de inversión, lo lógico sería que la deuda soberana de México se degradara, con lo que iniciaría una espiral negativa que sería muy díficil controlar.

Es por esto que la apuesta por la nueva refineria parece una idea que va contra cualquier lógica y muestra de cuerpo completo la forma en la que se toman las decisiones en el gobierno federal, siguiendo las instrucciones del Presidente de la República sin cuestionar la lógica de éstas.

Los altos mandos del gobierno federal, desde los Secretarios de Estado hasta los Directores Generales, tienen la obligación, incluso legal, de formular e implementar políticas públicas basados en la evidencia y los recursos disponibles, lamentablemente en el caso de la refinería de Dos Bocas se ha ignorado la información relevante y eso muy seguramente afectará la realización del proyecto. Será muy difícil que se entregue una refineria en tres años con las condiciones que originalmente se plantearon. Puede ser que se haga una refineria con menos capacidad o en mayor tiempo que lo planeado, pero será casi imposible que se realice el proyecto original en el tiempo y el presupuesto previsto orginalmente.

Twitter: @jesusmenav

Escrito en: Vida pública gobierno, refineria, Bocas, participar

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