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Los beneficios de tener mascotas

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Los beneficios de tener mascotas

PADRES E HIJOS

Para muchos padres, el hecho de que a los hijos, de repente, se les ocurra tener una mascota representa un sinfín de inconvenientes, por la infinidad de responsabilidades que implica albergar en el domicilio a un animalito que deberá recibir atenciones de todo tipo, tal como si se tratara de un miembro más de la familia, por lo que antes de consentir que los vástagos lleven al hogar a un nuevo huésped, cuya estancia será de carácter permanente, habría que analizar las ventajas y desventajas porque después ya es muy complicado dar marcha atrás a la decisión, por el abandono que podría sufrir la nueva mascota.

En principio, para algunos padres de familia podría resultar una decisión sencilla el hecho de permitir que los hijos adopten una mascota, aunque en ese momento no analizan los pros y los contras de esa determinación ya que no sólo se trata de que un animalito se incorpore a la familia como un integrante más, sino que el simple hecho de que ese nuevo "miembro" llegue al hogar derivará en una serie de obligaciones, como alimentarlo, limpiarlo, vacunarlo y atenderlo en el plano afectivo pues también en ese aspecto hay que atender sus necesidades básicas.

Por ello, amable lector, antes de que el papá o la mamá den su anuencia en ese sentido, aunque lo ideal sería que fuera una decisión bien consensuada, lo mejor es que ambos platiquen con el pequeño o la pequeña que desea tener una mascota en casa, haciéndole ver que para ello tendrá que satisfacer todas sus necesidades, desde la alimentación, recoger sus heces fecales y limpiar su orina, además de destinarle tiempo para convivir con la mascota (ya sea perro, gato o una especie diferente), por lo que si el niño o niña acepta todas esas condiciones entonces sí se le puede autorizar la adopción.

No obstante, hay que tomar también en consideración que la decisión no debe ser consentida como si se tratara de algo simple, sino que hay que hacerles ver a los hijos que es una responsabilidad muy grande y que sólo a ellos les corresponderá satisfacer sus necesidades, y que sólo se les apoyará, por ejemplo, en caso de que la mascota enferme o tenga algún otro problema, por lo que la mayor parte de la responsabilidad recaerá en ellos, y si aun así insisten en que sí están dispuestos a asumir ese compromiso, entonces no quedará más que darles el tan anhelado permiso.

De cualquier manera, una vez que se les apruebe su deseo, habrá que estar muy al pendiente de que los hijos cumplan los acuerdos pactados con anterioridad ya que es muy común que el "capricho" de tener una mascota les dure sólo unos días o semanas y luego, tristemente, en la mayoría de los casos, los niños o niñas terminan por olvidar su compromiso por lo que se desligan de sus responsabilidades muy fácilmente, de ahí que en este aspecto habrá que vigilarlos muy de cerca, todos los días, para que no ignoren sus tareas de atención hacia el animalito.

No se vale tampoco, amable lector, que los padres de familia hagamos de cuenta que no pasa nada cuando los hijos se desentienden de las obligaciones que adquirieron desde el momento que les autorizamos adoptar una mascota en casa, pues luego resulta que nosotros asumimos una responsabilidad que no nos corresponde ya que de esta forma formamos hijos irresponsables al cargar nosotros con sus tareas pues el compromiso de cuidado y atención del nuevo huésped y nuevo integrante de la familia es en su mayor parte de ellos, así que debemos recordarles cuáles son sus obligaciones para que las retomen.

También, habrá que hacerles hincapié en que las mascotas no son objetos o artículos de los que uno se puede deshacer cuando ya no los quiere o no los puede atender, pues se trata de seres vivos que sienten todo lo que se les hace, para bien o para mal, de ahí que debemos enfatizarles que deben cumplir con esa responsabilidad hasta que el animalito fallezca, así que no se puede usar el argumento en el sentido de que no sabían todo lo que implicaba tenerlo en casa si desde un principio se les hicieron ver todas las repercusiones de adoptarle para que viviera bajo el mismo techo que ellos.

Hagamos reflexionar a los hijos en que una mascota se adopta para toda la vida, no para unos días, semanas o meses, sino que una vez que la integramos al hogar ya forma parte de él para siempre, por lo que debemos prodigarle todas las atenciones que se merece porque, repito, al final se convierte en un miembro más de la familia que debe ser tratado como tal.

Como una reflexión final, debemos concientizar a los hijos en el sentido de que las mascotas, si bien son parte de la familia, deben tener un lugar especial y aparte para dormir, de ahí que debemos asignarles un sitio alejado de los dormitorios y reservarles su propio espacio, de tal forma que el animalito aprenda y entienda que ese es su pequeño hogar.

Escrito en: mascota, hijos, familia, debemos

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