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Trans viven con miedo

Trans viven con miedo

Trans viven con miedo

NALLELY URBINA O.

En una sociedad machista las personas trans de Durango viven con miedo, coinciden mujeres trans bajo sus alargadas pestañas y el delineado que agranda sus ojos marrón. Dicen que los ojos café son los más comunes del mundo, pero estos son distintos, son como la puerta a otro mundo.

El problema no solo es la discriminación y odio que padecen por parte de las personas homofóbicas o tranfóbicas, sino de la misma comunidad LGBTTTIQA+ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, travestis, transgénero, intersexuales, queer, asexuales y otras).

Son múltiples “condenas sociales” las que cargan, como no ser heterosexuales, ser mujeres y trans, a estas se suman condiciones de pobreza.

En la asociación Nosotras, Nosotros, Durango, dirigida por Selene Name, se cuentan diversas historias de hombres y mujeres trans que diariamente se enfrentan al odio en el trabajo, en casa, en las calles. Además en la localidad no tienen acceso a sus derechos a la salud o a la identidad, señaló la activista.

En la organización únicamente hay un par de hombres y una mujer trans, ya que aún es difícil que la misma población transgénero o transexual se abra o una a agrupaciones. Ellos no solo deben “salir del clóset”.

Cabe precisar dos términos poco entendidos que son vitales para comprender el tema.

Por transgénero se entiende una persona que siente una disonancia entre el sexo con el que nació y su identidad de género. Si al nacer se le asignó el sexo masculino, la persona se identifica como mujer y, en consecuencia, inicia un proceso de transición para que su cuerpo esté alineado con su identidad.

Transexual se utiliza para las personas que han concluido su transición hacia el género deseado. Han tenido una hormonización o cirugía de reasignación genital.

EN DURANGO

En el caso de estos tres duranguenses de Nosotras, Nostros, Durango, los hombres son transexuales porque pasaron por una cirugía. Ambos ya no tienen senos tras una mastectomía. La mujer también ha pasado por un proceso de hormonización y en coordinación con una asociación de la Ciudad de México, Selene Name está en gestiones para la cirugía sexogénerica de esta chica.

Su voz grave se fue, ahora la agudez es el tono de su risa, desde luego enmarcada por otro delineado, uno rosado que da fuerza al lipstick color carne.

Ellos ahora son lo que son y tras iniciar su evolución esperan llevarla a la documentación oficial, pero en Durango solo existe un caso de modificación de documentos, una gestión realizada por la asociación Si Hay Mujeres en Durango, a cargo de la activista Julieta Hernández Camargo.

Es una de las modificaciones legislativas que urgen para evitar la discriminación y resguardar sus derechos, manifestó Selene Name.

FUERA DE LA CIUDAD

En la zona rural se respira más el temor de ser diferente. Si en la ciudad es difícil abrirse y reconocerse como trans, en los municipios hay crisis, alertó la activista.

El machismo predomina en los poblados y las personas de la diversidad sexual temen identificarse como tal, porque son violentados e incluso asesinados.

Debido a la alerta de género activada desde noviembre del año pasado, personal de la organización en favor de los derechos de las personas de la diversidad sexual, ha recorrido los municipios y señalan que hay “muchísimo miedo”.

Existen asesinatos por odio pero no se califican como tal, aunque todo el pueblo sabe. “Lo mataron por maricón o la golpearon por machorra”.

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