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SALUD MENTAL

Atención a salud mental, impagable para duranguenses

Atención a salud mental, impagable para duranguenses

Atención a salud mental, impagable para duranguenses

NALLELY URBINA

Debido a las condiciones económicas de la entidad, las probabilidades de que una persona con una enfermedad mental se atienda son bajas. Por ejemplo, un tratamiento integral para un paciente con depresión, a grado de un intento de suicidio, puede tener un precio de entre ocho y 12 mil pesos, costo día-cama.

De esta manera, una familia con un integrante en esta situación, debería tener 360 mil pesos para pagar la atención, solo de un mes.

No obstante, los ingresos mensuales de la mayoría de los duranguenses no supera los cinco mil pesos. Esta referencia es porque de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el sector manufacturero es el que ha registrado el mayor crecimiento en el último año en el estado, lo que indica que es la principal fuente de ingresos de las familias duranguenses.

Cuestionada al respecto, Soledad Ruiz Canaán directora del Instituto de Salud Mental del Estado de Durango (Ismed) admitió que en un cuadro de estos, en los hospitales psiquiátricos el manejo es caro.

Empero, de acuerdo con proyecciones del Banco Mundial, si se le apostara un dólar a la salud mental, se ahorrarían cuatro.

La psiquiatra refirió un estudio en el que se analizó el gasto en depresión y ansiedad, no solo en cuanto al precio de los tratamientos sino a las pérdidas económicas que genera. Los resultados fueron billones de dólares desperdiciados en las empresas, por personal con capacidades limitadas por no encontrarse sanos, dijo.

En entrevista con El Siglo de Durango, profundizó sobre el verdadero costo de no atender a las personas enfermas. Es "carísimo" para la sociedad.

Una mala salud mental en la población puede derivar en un aumento de la actividad delictiva, adicciones, violencia familiar, suicidio y otros riesgos, que además del impacto social significan millones de pesos invertidos en la operatividad de cárceles y centros médicos, o incluso pérdidas millonarias en centros laborales, cuyos empleados padezcan una enfermedad mental.

En corto, mediano y largo plazo es más económico mejorar la detección de las enfermedades y tener atención inmediata, pero históricamente la salud mental es uno de los rubros más olvidados en el país. En este contexto recordó que apenas el Congreso de la Unión, llevó a cabo un foro para analizar la nueva Ley de salud mental y el proyecto nacional de atención a salud mental, que se pretende aplicar en México. Pero aún está en proceso.

Admitió que además, al no dar acceso a tratamientos para la salud mental de los ciudadanos, el Estado violenta los derechos humanos.

Además coincidió que, más allá del gasto público que implica, se trata de historias de depresión, suicidio, personas con enfermedades tras sufrir accidentes o ser víctimas de violencia, los cuales nunca reciben atención médica y así mueren.

La capacidad económica del duranguense se limita a consumos que considera básicos, y entre ellos no se encuentra la salud, aún menos la salud mental.

¿Usted iría a una terapia psicológica? - no, porque ese es un lujo.

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