México y El Salvador encabezaron el inicio del proyecto de cooperación y desarrollo para Centroamérica. Una estrategia basada en la inversión y el empleo con la que el Gobierno de López Obrador pretende retomar el liderazgo en la región y, a la vez, compensar los recientes compromisos adquiridos con Washington, que significan más mano dura en los controles migratorios de su frontera sur.
El arranque del plan, auspiciado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y del que forma parte también EU, tuvo como escenario Tapachula, uno de los puntos fronterizos con mayor afluencia de entradas y donde México concentra gran parte de su aparato migratorio, incluido el último despliegue de la Guardia Nacional.
En ese terreno simbólico firmaron un primer acuerdo López Obrador y su homólogo salvadoreño Nayib Bukele por el que México invertirá 30 millones de dólares de manera inmediata, ampliables hasta 100 a lo largo del todo el recorrido del programa.