La renuncia del moderado
La narrativa del gobierno federal actual, denominada "Cuarta Transformación" incluye, entre otros temas, la lucha contra la corrupción y la entrega de apoyos en efectivo, sin intermediarios, a amplios sectores de población. En el imaginario colectivo está la idea, fomentada desde el gobierno federal, de que, sin corrupción, el aparato administrativo funcionará mejor, habrá bienes y servicios para los mexicanos y, en general, tendremos un gobierno a nivel federal de mejor calidad.
Es claro que las acciones que se han implementado en el gobierno federal, aunque seguramente efectivas con la visión que se vende al círculo verde, no representará una mejora en el funcionamiento del gobierno. El funcionamiento eficaz de un gobierno depende de la arquitectura institucional que tenga y los valores que están detrás de ésta. En el año que lleva ejerciendo el poder de facto y de hecho, el Presidente de la República ha mostrado que, sobre todo en los temas de su agenda personal, por ejemplo, sus programas sociales y el rescate de Pemex, no es posible tener una visión contraria a lo que el mandatario ha expresado en múltiples foros desde el primero de diciembre.
Lamentablemente, el pasado martes 9 de julio presentó su renuncia Carlos Urzúa, hasta ese día Secretario de Hacienda, con lo que se fue la voz más importante del ala moderada dentro del entorno Presidencial.
La carta de renuncia del Dr. Urzúa deja poco espacio a la imaginación respecto a la forma en que se elaboran e implementan las políticas públicas en el gobierno federal. La falta de sustento técnico en las decisiones de política pública que se toman al más alto nivel, fue lo que motivó al ahora exfuncionario a dimitir al cargo más importante dentro la estructura financiera del gobierno federal.
Muchas de las críticas al nuevo gobierno en sus primeros siete meses tienen que ver precisamente con la forma en la que se toman decisiones que impactan a los mexicanos. Desde la cancelación del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México hasta la cancelación del metrobus de la laguna, hay muchos ejemplos respecto a la toma de decisiones improvisada y sin sustento desde el gobierno federal.
Esta constante, la toma de decisiones y la implementación de política pública sin un riguroso análisis técnico y multidisciplinario es lo que pone en riesgo la capacidad del gobierno federal para mejorar la calidad de vida de los mexicanos al término de este periodo de gobierno.
La crítica expresada por muchos analistas al gobierno federal tiene mucho que ver con el atropello del marco legal para lograr sus objetivos y por tomar decisiones de política pública sin evidencia.
La renuncia de un funcionario considerado como líder del ala moderada dentro del gabinete del Presidente López Obrador es una señal que no debe de ser ignorada: el Presidente se está quedando sin voces moderadas y sensatas dentro de su primer círculo; por el bien del país, espero que no haya una radicalización del discurso y de las acciones de su gobierno.
Twitter: @jesusmenav