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La Vía Láctea señala todavía el camino, pero en estos tiempos ya nadie mira al cielo, por eso se pierden tantos caminos en la tierra.

Los lugareños dicen que al dar la medianoche el río de Casillas descansa unos momentos; que sus aguas dejan de correr unos minutos, se quedan quietas y luego fluyen otra vez.

Callamos todos.

Súbitamente oímos el silencio.

Luego de un rato se escucha de nuevo la corriente.

Son las 12 de la noche.

Cantan grillos y ranas. El viento dice no sé qué. De pronto arriba comienzan a desprenderse en silencio las estrellas. Cayeron quizá hace miles de años, pero hasta ahora las vemos. Son como esos amores que perdimos sin darnos cuenta y hasta después nos duelen.

¿Por qué se fugan las estrellas fugaces?

¡Hasta mañana!...

Escrito en: Mirador unos, Láctea, noche. Cantan, grillos

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