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PADRES E HIJOS

¿Hacia dónde vamos como sociedad?

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¿Hacia dónde vamos como sociedad?

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IGNACIO ESPINOZA GODOY

A pesar de los múltiples eventos de sangre que ocurren con demasiada frecuencia en los Estados Unidos y en los que se involucran tiroteos por motivos raciales, es inconcebible que en ese país aún se siga fomentando la violencia con la venta de armas sin control, no obstante que, supuestamente, existe una ley que regula su comercialización, a lo que se debe añadir que prevalece en cierto segmento de la sociedad ese sentimiento de rechazo hacia los extranjeros, esa xenofobia mal enfocada, cuando esa actitud no se justifica sin el debido fundamento.

Lo anterior viene a colación, amable lector(a), a propósito de un video reciente en el que se observa a una madre cómo aplaude y elogia a su pequeño hijo de alrededor de los cuatro o cinco años de edad cuando este manipula con habilidad un arma de alto poder en lo que parece ser una exhibición pública y donde la progenitora aprovecha que esos artefactos pueden ser tocados y cargados para presumir y hasta vanagloriarse por el hecho de que su vástago puede cargar con una sorprendente rapidez el arma que les prestaron para que la conocieran en ese evento de los muchos que se organizan en esa nación para que la población "aprenda" a protegerse de las amenazas que la rodean.

En verdad que asombra cómo la madre del referido niño casi salta de la alegría y felicidad que la embarga porque su hijo es casi un experto en el manejo de ese tipo de armas de grueso calibre, por lo que no me extrañaría que cuando cumpla la edad reglamentaria para comprar un artefacto de ese tipo su progenitora de inmediato autorizaría su adquisición, con el argumento de que sólo se utilizará para su protección personal y de la familia, aunque luego ya vemos cómo han terminado muchos menores de edad cuando tienen a su alcance esas armas.

Recordemos cómo en ese país muchas de esas tragedias recientes en las que se ataca a multitudes en Estados Unidos son protagonizadas por menores de edad o jóvenes que hasta en ocasiones ingresan a escuelas para acribillar con armas de fuego lo mismo a maestros que a sus propios compañeros y compañeras, en eventos de los que es difícil explicar los motivos y cómo es que esos muchachos acceden a ese arsenal con una facilidad que asombra, a pesar de los supuestos controles que existen para su venta, con los plazos y los numerosos requisitos que se exigen con ese propósito.

De manera lamentable, en los años recientes, en nuestro país hemos visto cómo ha crecido el discurso antiinmigrante que promueve el presidente de esa nación, Donald Trump, sobre todo contra los migrantes latinos, con el argumento de que se trata de personas que invaden ese territorio con fines criminales, para generar caos y violencia, por lo que hasta la fecha ese mensaje de odio le ha redituado, aunque no lo crea usted, dividendos positivos para su búsqueda de la reelección a la Presidencia de la República, sin importarle la división que ha generado entre la población.

Los resultados de esa política racista, de manera desafortunada, han derivado en la repatriación de miles de connacionales, aunque con la particularidad de que ha separado a muchísimas familias, ya que mientras los padres y madres son enviados de regreso a nuestro país, sus hijos se quedan en la Unión Americana, desamparados, con todas las consecuencias negativas que todo ello representa, de ahí que constantemente se organizan manifestaciones en las que se protesta por las redadas que arrojan detenciones masivas en las que se incluyen compatriotas nuestros que terminan con el mal llamado "sueño americano".

En lo personal, duele observar cómo muchos de los niños y niñas que son separados y separadas de sus progenitores lloran y reclaman al Gobierno estadounidense esa decisión que rompe de tajo toda relación con sus padres y madres, pues desconocen cómo y cuándo los volverán a ver ya que en ocasiones esos pequeños y pequeñas son asignados a centros de detención donde pueden pasar meses hasta que se resuelva su situación legal y en resguardo de quién quedarán, una situación que es ilegal e inhumana a todas luces.

Mientras tanto, también de aquel lado de la frontera, muchas madres y padres de familia simpatizan con esa política antiinmigrante, aunque por otro lado también existe otro sector igualmente importante que reprueba y condena el proceder del Gobierno estadounidensecuando se trata de dividir a la población con mensajes racistas y de supremacía blanca sobre todos los demás grupos, cuando su papel debería ser muy distinto.

¿Hacia dónde vamos como sociedad cuando fomentamos la división entre la misma población por una inexistente supremacía de una raza sobre otra? Esta pregunta no sólo se la formulan en el vecino país del norte, sino también en nuestra nación cuando observamos cómo agreden a nuestros compatriotas con el argumento de que muchos de ellos son indocumentados.

Sin embargo, esto no cambiará mientras de manera individual no hagamos algo para transformar esa mentalidad negativa que sólo nos divide en lugar de unirnos como una sola sociedad que somos en todo el planeta, al margen de idiomas, razas y fronteras que solo nos separan en muchos aspectos.

Escrito en: Padres e hijos muchos, país, edad, armas

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