Impiden suicidio de adolescente
Los agentes Rojas y Carrillo tuvieron una mañana distinta, pues no todos los días se evita la muerte de un adolescente. Ambos uniformados, pertenecientes al Grupo Ciclista de la Policía Preventiva, hicieron lo necesario para evitar que un menor de apenas 12 años de edad se lanzara desde la parte alta del Multifamiliar Francisco Zarco.
Fue alrededor de las 10:30 horas del lunes cuando un hombre se comunicó al número de emergencias 911 avisando que, en la parte alta del edificio de departamentos, deambulaba un varón que se acercaba demasiado a la orilla. Interpretó el hecho como una probable conducta suicida.
La cabina de radio transmitió el mensaje a distintas corporaciones y los más cercanos al lugar fueron los policías ciclistas Jesús Gerardo Rojas Soto y Antonio Carrillo Flores, quienes arribaron en menos de dos minutos y subieron con la prisa que ameritaba la situación.
"Subimos corriendo la escalera y al llegar a la azotea vimos al muchacho desorientado", narró después el primero de ellos, cuya fotografía junto al menor suicida se viralizó localmente.
Empezaron a hablar con la víctima de depresión, quien se "partió" frente a ellos y finalmente aceptó que se acercaran. Le explicaba a los agentes que había tenido una fuerte pelea con sus hermanos, lo que detonó su aparente decisión de suicidarse.
Una vez que lo tuvieron al alcance, lo tomaron de hombro y lo guiaron a bajar la escalinata; ya no lo soltaron.
Poco después, estando en el último nivel y alistándose para volver a la planta baja, el adolescente no pudo más y abrazó al agente "Rojas", como los demás policías identifican a sus compañeros.
"Nunca me había pasado algo así; lo abracé yo también mientras él lloraba", dijo respecto a las fotografías tomadas por su compañero de rondín, el agente Carrillo, en las que se muestra la forma en que el adulto consuela al niño.
Ellos mismos, ambos partícipes en el rescate, subieron a una patrulla y acompañaron al menor hasta la Estación Central de la Dirección Municipal de Seguridad Pública, lugar al que también acudió su madre para iniciar los protocolos correspondientes.
Después, Rojas y Carrillo volvieron a su andar. Lograron algo nuevo para ellos, pero el trabajo debe continuar.