Antonio Ruiz inaugura ‘33’

El ‘33’ ha cobrado un nuevo significado en el arte de Antonio Ruiz. No solo porque representa la cantidad de piezas que integran su reciente proyecto -que también lleva por título esa cifra- sino por lo la relación ‘Delta-Estrella’ empleada por antiguas culturas y que ahora también está presente en su obra.

“Es una relación en la cual se puede hacer una estrella y un triángulo a la vez. Tiene aplicaciones tan curiosas en lo simbólico pero a la vez en lo tecnológico, por ejemplo en los motores, todos funcionan en una conexión ‘Delta’ o ‘Estrella’. También hay tipos de doctrinas de conocimiento que lo usan, en la religión, y se usa mucho en la adivinación, por eso me atrae”, explicó el artista duranguense.

Bajo esa línea inició este proyecto presentado ayer en una de las salas temporales del Museo Francisco Villa.

Acompañado por representantes de la cultura local el maestro Ruiz ofreció a un numeroso público un breve vistazo por su mente a través de grabados en linóleo sobre papel mate, algunos borradores de su trabajo, utensilios que empleó para la realización de los mismos y la proyección de una entrevista a cargo de la crítica de arte y curadora Avelina Lésper para el programa ‘Milenio en el tiempo’.

“Un proyecto exitoso jamás es de una sola persona... es la suma de muchas voluntades”, dijo durante el acto inaugural para agradecer a quienes lo acompañaron en esta aventura.

“Hablar de la obra es hablar de una expresión muy espontánea”, prosiguió para luego referirse a la maestra Sac-Nicté Guevara Calderón, quien escribió el texto de presentación.

“El vocabulario de Ruiz, siempre autónomo, anima bajo sus manos su propia visión cósmica y espiritual del mundo, construye ciclos que nunca se cierran; renacen constantemente, y descifra la alteridad de los animales que forma también parte de nosotros”, se lee en el mismo.

El grabador dijo que coincidía con lo narrado por la escritora, pero dejó que fuera el propio espectador quien creara sus propios mundos a través de las grandes piezas donde, fiel a su estilo y al significado del ‘33’, los astros, los animales y símbolos de otras culturas fueron los protagonistas.