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La revocación de mandato

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OMAR ORTEGA SORIA

Esta semana terminó prácticamente el largo peregrinar de la reforma sobre consulta popular y revocación de mandato, cuando fue aprobado por los Diputados Federales hace más de 7 meses se apantanó su discusión, y este martes logró los consensos necesarios para ser aprobada por los Senadores. Esto es muy importante, ya que las modificaciones aprobadas, enriquecen el dictamen y da respuesta a muchos grupos que veían en esta reforma la amenaza de un retroceso democrático.

Si como se prevé, de nueva cuenta es refrendada por los Diputados y validada por la mayoría de los Congresos Locales, estas figuras pueden convertirse en herramientas para fortalecer la democracia participativa e involucrar a más ciudadanos en los asuntos públicos. Vayamos por partes.

La revocación de mandato es básicamente cambiar de gobierno antes de que cumpla el periodo para el que fue electo, es decir se hace una elección para decidir si un gobernante continua en su encargo. Esto provoca que los ciudadanos seamos mejores vigilantes, a la vez que se crea un nuevo mecanismo de control que pudiera limitar el mal ejercicio del poder, por lo que en términos prácticos, es una herramienta bienintencionada.

El problema, como en muchas ocasiones, son los detalles, desde las fechas en las que pudiera ser convocada esta elección, el costo y logística, hasta las implicaciones de gobernabilidad y estabilidad que pudiera provocar en un gobierno. En México, cerca de la mitad de Estados contemplan la revocación de mandato, aunque seguía presente el debate sobre su inconstitucionalidad, mientras en Latinoamérica hay también precedentes, por ejemplo en Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Perú.

Respecto a la consulta popular, si bien es cierto existe este mecanismo desde la reforma electoral de 2014, hasta el momento no se ha podido concretar ninguna, ya que los requisitos como que fuera solicitada por el 2% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal, que únicamente pudiera hacerse en la jornada electoral y que no pudiera tratar sobre cuestiones electorales o ingresos y gastos del Estado, lo han limitado mucho.

Estamos por ver concretados cambios, por ejemplo ya existirán las consultas populares regionales, y no se podrán hacer consultas populares sobre obras de infraestructura en ejecución, al mismo tiempo que el INE ya tendrá bien definidas sus atribuciones en la organización y difusión de las consultas.

En el caso de la revocación de mandato, ya se contempla para el Presidente la Republica y puede ser a petición del 3% de la lista de electores, solo puede solicitarse una vez en su mandato, al finalizar su tercer año de ejercicio, y el este ejercicio se realizará en una fecha diferente a las de cualquier proceso electoral. Para que sea válida necesita de un 40% de participación ciudadana y que por lo menos el 50% más uno vote por la revocación. Los estados tendrán que legislar en caso del Gobernador.

Considero que las reformas aprobadas vienen a dar un mayor dinamismo a nuestra democracia, y que los controles que se establecieron, por ejemplo al involucrar claramente al INE, estipular fechas y el papel que tendría el gobierno, se diluyen las amenazas que se hablaba hace unos meses de una posible injerencia del gobierno en estos mecanismos o incluso, de que se abriera la posibilidad de una reelección. Tenemos buenas noticias.

*Consejero del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Durango

Twitter: @omarortegasoria

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