Algunos ven a los partidos políticos como un negocio familiar

Cualquier partido político se debe a la sociedad y por tanto se deben rendir cuentas claras de lo que hacen con los recursos públicos.

En nuestro país, la Constitución Federal define a los partidos políticos como entidades, o más específicamente, como organizaciones de ciudadanos, de interés público (artículo 41); es decir se trata de una colectividad de ciudadanos que denota claramente que, conforme al texto constitucional, los partidos políticos no son entidades públicas, en el sentido estricto, pues no forman parte del Estado, aunque contribuyan a la integración de la representación nacional, mediante su intervención en las elecciones libres, auténticas y periódicas a través de las cuales se renuevan los poderes Legislativo y Ejecutivo.

Los partidos políticos mexicanos funcionan como entes comunicantes entre dos elementos distantes: a los ciudadanos con el Estado y a éste con aquéllos. Esto es así porque, en primer lugar, los partidos políticos son organizaciones de ciudadanos que tiene como objeto hacer que éstos tengan acceso al ejercicio del poder político. En segundo término, porque el ejercicio del poder político reclama en nuestros días la intervención directa de los partidos políticos.

Los partidos políticos son colectividades son importantes para la satisfacción de determinadas necesidades de una población, es decir, del conjunto de ciudadanos.

Y aquí cabe la pregunta: ¿Qué tipo de necesidades ciudadanas satisfacen los partidos políticos? Las derivadas de los derechos de los ciudadanos a participar en la vida democrática, a integrar la representación nacional y a tener acceso al poder político.

En otro orden de ideas, los partidos políticos se consideran entidades de interés público porque debido a que hacen posible o facilitan que los ciudadanos participen en la vida democrática, logran acceder al poder político.

Son públicamente útiles en la medida en que persigan y alcancen tales fines y no a la inversa.

Por supuesto que los ciudadanos pueden, eventualmente, participar en la vida democrática, integrar la representación nacional y acceder al poder político sin hacer uso del ente comunicante, que cualquier partido político representa; igualmente, los ciudadanos pueden hacerlo mediante otras colectividades, no necesariamente los partidos políticos, es decir, a través de las candidaturas independientes consagradas en el mismo texto constitucional y más ampliamente en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.

Por otra parte, la Constitución Federal establece que las autoridades electorales solamente podrán intervenir en los asuntos internos de los partidos políticos en los términos que dicha Constitución y la ley señalen.

Así, la autodeterminación, la autoorganización, los derechos y las prerrogativas partidistas tienen como límite el respeto irrestricto tanto a la Constitución como a la ley electoral.

Los partidos políticos están obligados a regir sus actividades por el principio de juridicidad y los principios del Estado democrático no sólo por mandato legal sino también por razones de congruencia con el régimen político en el que son actores fundamentales de conformidad con su encuadre constitucional.

Lo anterior significa que un partido político no debe funcionar como un negocio familiar o de unos cuantos y cualquier ciudadano milite o no en algún partido político tiene el derecho de obtener la información pública a la que están obligados los entes de interés público, como son los partidos políticos.

Aunque claro una cosa es meter las manos en lugares ajenos y otra muy diferente es la transparencia que deben mostrar.

. . . puede ser que sí, puede ser que no, lo más seguro es que quien sabe, pero. . . el Buen Fin inicia oficialmente el 15 y finaliza el 18 de noviembre, algunas cadenas comerciales, quisieron madrugar a los demás comercios iniciando un día antes, esperemos que realmente sean ofertas atractivas y de beneficio a la golpeada economía mexicana y no solo sus famosas promociones de meses sin intereses.

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