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Ciclistas en la anarquía

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Ciclistas en la anarquía

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CITLALLI ZOÉ SÁNCHEZ

El transporte en bicicleta es la gran apuesta de las urbes que impulsan la movilidad sustentable. Según se ha analizado son muchas las bondades de este medio de transporte: no contamina, hasta cierto punto tiene un precio económico, es de fácil manejo, además que mejora la salud física y emocional de las personas.

Existen algunos estados del país que cuentan con una Ley de Movilidad Sustentable, como lo es el caso de Nuevo León, Colima, Jalisco y Ciudad de México. En Durango, todavía no se legisla al respecto aunque hay una iniciativa sobre el tema pero que se encuentra "congelada"; sin embargo, en el Reglamento de Vialidad vigente en el municipio sí existen parámetros que regulan a los ciclistas y que al leerlos, descubrimos que prevalece la anarquía.

En el artículo 17 del citado reglamento, se expresa que dado que los ciclistas utilizan las vialidades públicas del municipio, deben registrar el vehículo en un padrón que se supone, debería tener la Dirección Municipal de Seguridad Pública. Una vez registrado, se le otorgaría una calcomanía que debería adherir en una parte visible y se pagaría un refrendo anual. Hasta donde se sabe, esto no se ha hecho efectivo.

El reglamento indica además que todas las bicicletas deben contar con accesorios reflejantes de la luz, o bien dispositivo luminoso nocturno en color rojo o ámbar, éstos deberán colocarse en la parte posterior del vehículo en un lugar visible, además de conservarse limpio para evitar se opaquen y debiliten sus efectos reflejantes. Pocos, muy pocos cumplen con lo anterior y están en riesgo de sufrir un percance además de afectar a terceras personas.

Los ciclistas no deben usar radios, reproductores de sonidos y demás mecanismos que propicien distracciones al conducir, no deben circular por la banqueta o zona de seguridad, jardines, ni en aquellos espacios reservados para los peatones. Están obligados a respetar todas las señales de tránsito, bajo ninguna circunstancia pueden circular en sentido contrario al trafico normal de vehículos así como tampoco cruzarse de una calle a otra o de un extremo a otro de la vía, ni ahorrarse la vuelta de una glorieta y deben usar casco protector obligatorio.

Al parecer, el reglamento es un cúmulo de buenas intenciones porque basta andar un rato en la vía pública para ver que son contados los ciclistas que lo respetan. Es más, la mayoría ni siquiera sabe que existe una norma que les indica las reglas de circulación, lo cual es muy preocupante pues hay un importante número de personas, desde niños hasta adultos mayores, que se trasladan en bicicleta todos los días.

Está claro que en la ciudad de Durango, salvo algunas excepciones, las calles son estrechas pero además tienen área de estacionamiento, lo cual limita aún más el tránsito y apenas cabe un vehículo. Se ha dicho a los conductores que deben dar al menos un metro y medio de distancia al ciclista pero en ocasiones, esto es imposible, así que deben esquivarse uno a otro, no hay más remedio puesto que son pocos los tramos de ciclovías.

Ahora que existe la idea de sancionar a los peatones que crucen las calles y avenidas por zonas prohibidas, es una excelente oportunidad para hacer válido el reglamento vigente con los ciclistas porque también son parte del serio problema que tenemos en el tema de cultura vial. Es tiempo de poner orden en todas las áreas a la par de construir nuevas vialidades que no solo estén diseñadas para los carros.

PUNTO Y APARTE.- Prácticamente desde que inició noviembre las grandes tiendas de autoservicio arrancaron con la venta de artículos navideños, tendencia que sigue un importante número de personas que instalaron toda clase de adornos en sus casas y oficinas. La euforia por la Navidad es tal, que ya se venden roscas de reyes cuando se supone ese festejo es hasta el seis de enero.

Esta temporada del año se caracteriza por el consumismo y poco a poco se ha dejado de lado el aspecto espiritual o de fe. Como la economía se reactiva con el pago de los aguinaldos, es también un tiempo que aprovechan los ladrones que se valen de todas las artimañas para apropiarse de lo que no les pertenece, por eso el llamado es a extremar precauciones en el cuidado del dinero y sus posesiones, además de no dejarse llevar por las compras de fin de año, pues la cuesta de enero amenaza con ser despiadada. Más vale prevenir, el panorama no es muy alentador.

Nos leemos en Twitter: @citlazoe

Escrito en: Nota al margen deben, ciclistas, todas, reglamento

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