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Yo sí quiero que le vaya bien al Presidente, pero...

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VERÓNICA TERRONES

Yo sí quiero que le vaya bien al Presidente, pero la principal preocupación de los mexicanos sigue siendo la Seguridad Pública, de acuerdo al estudio publicado por Mitofsky, el 50 por ciento de los encuestados consideran que estamos peor, el 30% igual y solo el 17 por ciento estima que se ha dado una mejoría. Ese es un gran problema si consideramos que garantizar la seguridad de los habitantes es la principal obligación del Estado.

Las consecuencias del Culiacanazo aunado a la masacre inhumana perpetrada contra la familia Le Barón han aumentado la incertidumbre y las dudas sobre si la estrategia de seguridad basada en abrazos y apapachos, es la correcta.

En la medición, al Presidente lo castigan más las mujeres que los hombres. Según refiere el estudio 43.6% de ellas no aprueban las políticas públicas del actual Gobierno, mientras que en el caso de los varones solo es el 38.7% el tema es la preocupación por el incremento en los feminicidios que se ha dado y los casos donde se ha vulnerado a la familias.

La creación de la Guardia Nacional no ha tenido el impacto que se esperaba y hasta ha sembrado dudas, sobre el posible malestar que podría existir entre las fuerzas armadas por las nuevas tareas encomendadas y la exposición pública de militares estratégicos involucrados en operaciones de élite para la captura de importantes capos.

Claro que Estados Unidos no podía dejar pasar la oportunidad de sacar provecho electoral de la desgracia de México y seguir con la estrategia de Bullying que ha adoptado Donald Trump desde el inicio de su mandato en contra de todo lo que huela a nuestro país, hasta lanzar una nueva amenaza como intervenir directamente designando a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas.

Las elecciones en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción, se deciden con emociones y el miedo es una de las más poderosas, así que la tragedia que viven miles de familias de este lado del Río Bravo bien canalizada, revive el temor de nuestros vecinos de que los niveles de violencia que vivimos en México, los pueda alcanzar.

A pesar de todo, yo sí quiero que le vaya bien al Presidente, porque necesitamos un Gobernante fuerte que haga frente a los embates de Trump y sus políticas intervencionistas; un Mandatario al que respeten las organizaciones criminales y que nos garantice la aplicación irrestricta del Estado de Derecho.

Pero para que al Presidente le vaya bien se requiere frenar la polarización que existe entre los mexicanos y recurrir a la unidad de todos los sectores y grupos políticos, eso no será posible mientras se obsequien cada mañana etiquetas para todos aquellos que piensan diferente. Sembrar el odio y dividirnos entre fifís y chairos, conservadores o liberales, solo nos fractura.

En la matemática política fragmentar a una sociedad ayuda para ganar una elección, pero de ninguna manera garantiza que el país se pueda levantar airoso de las amenazas internas y externas.

Yo sí quiero que al Presidente le vaya bien, pero para eso, tiene que aprender a escuchar a sus críticos y sumar hasta a sus adversarios.

Sin libertad de expresión no hay democracia y garantizar las medidas de protección para periodistas es impostergable, durante la semana observamos palizas que recibieron comunicadores por el simple hecho de hacer su trabajo. Esto, además de las listas de "vetados" que circulan y que fomentan el temor de que la intolerancia está de vuelta.

Yo sí quiero que le vaya bien al Presidente, pero necesita contribuir a frenar la ira en redes sociales porque ésta comienza a extenderse a chats de amigos, círculos de lectura, charlas de café y hasta en el seno de familias. Se vive un ambiente de crispación que se manifiesta casi en todas las actividades.

México requiere un Presidente fuerte, legítimo que guarde los abrazos y apapachos para cicatrizar las heridas que desde hace un año hacen sangrar a este país. Donde retomemos el respeto y la tolerancia sobre todo con aquellos que piensan diferentes.

Al Presidente tuve el privilegio de entrevistarlo por lo menos en seis ocasiones, dos de ellas dentro de un estudio de televisión,cuando pocos medios le abrían la puerta, siempre fue un caballero, un hombre culto e inteligente que sabía -porque así me lo hizo saber- de los riesgos que tenía la prensa de provincia en los tiempos del cacicazgo priista. Por eso y más, yo sí quiero que le vaya bien al Presidente.

Ojalá que el año que entra celebremos el triunfo de México. Y no como ahora, solo la victoria de unos y la crispación de otros, porque México no aguanta más.

Escrito en: Con Razón vaya, quiero, Presidente, Presidente,

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