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AMLO: su primer y violento año

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VÍCTOR MONTENEGRO

Se cumplió ya el primer año de un gobierno que llegó con amplias expectativas; Andrés Manuel López Obrador, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, inició su mandato enfrentando el reto de cumplir sus promesas de campaña, una de ellas, era la de acabar con la inseguridad y la violencia de este país.

Justo en ese rubro y en este preciso primer año, por el contrario, hemos dado cuenta no solamente de un grave incremento de actos violentos en distintos estados y regiones de México, sino además, cada uno de estos, ha ido presentando un tenebroso aumento en cuanto al nivel de brutalidad con la que se ejecutan.

Para especialistas e incluso ante la propia vista de la opinión pública nacional e internacional, y muy a pesar de "los otros datos", México vive el año más sangriento de su historia. Un primer año en que la crisis de seguridad no solamente continuó sino que se profundizó, donde en general 32 mil 565 personas fueron asesinadas, pasando al registro de las estadísticas como la cifra más alta para un inicio de sexenio en este país.

Masacres en las que incluso han perdido la vida mujeres y menores de edad, como en Minatitlán y Coatzacoalcos, Veracruz; como en Bavispe, Sonora. O las emboscadas y ataques contra autoridades y edificios públicos, como en Culiacán; o como recientemente ocurrió en Villa Unión, Coahuila, donde además de elementos policíacos también civiles resultaron muertos, son tan solo ejemplos representativos de los hechos violentos que se han extendido en 19 de los 32 estados de la República.

Hablamos pues de una trágica tendencia que no se ha podido revertir, pese a que el gobierno de la 4T, en su discurso, ha marcado como una de sus prioridades la crisis de violencia e inseguridad, y que es abordada cada mañana, muy temprano, antes de las conferencias matutinas en reuniones que sostiene el gabinete de seguridad mismas que son encabezadas por el propio Andrés Manuel.

Un 2019 crítico en materia de violencia, en el que además entró en operaciones la Guardia Nacional, esa nueva fuerza de seguridad civil por definición, pero constituida y operada esencialmente por las fuerzas armadas, y que al menos durante los dos últimos hechos brilló, pero por su ausencia.

Para el mes de septiembre la aprobación de los mexicanos hacia López Obrador rondaba el 70 por ciento, sin duda la más alta registrada por presidente alguno, sin embargo, las mediciones de las encuestas realizadas a inicios de noviembre y otras a unos días de cumplirse el primer año del gobierno lopezobradorista, registran una inevitable caída de 10 puntos en cuanto a la satisfacción de la población con el mandatario.

Es verdad que parte del descontento social con AMLO por la forma en que conduce al país ha sido inducido en cierta medida por opositores alineados al PRI, al PAN y a otras corrientes políticas. De igual forma puede existir frustración o desengaño entre quienes votaron por él, con la esperanza de un cambio siempre anhelado y tantas veces prometido.

No obstante, la percepción de los mexicanos sobre el manejo de Andrés Manuel López Obrador con respecto al crimen organizado y la violencia que éste genera en el país, aceleran el decrecimiento de su popularidad y aprobación, siendo el combate a la criminalidad uno de los principales errores en su gestión, entre otros que tienen que ver con la inseguridad que se vive en México.

EN LA BALANZA.- Uno de los pilares de la estrategia de seguridad del presidente ha sido la creación de la Guardia Nacional, la que en esencia buscaba sacar a los militares de las calles, pero que paradójicamente se integra principalmente por soldados y marinos. Esta Guardia Nacional hasta el momento se ha tambaleado en momentos clave, como en la fallida detención de Ovidio Guzmán, o de plano ha estado prácticamente ausente como en los casos de de la masacre de miembros de la familia LeBarón y el ataque a la presidencia municipal de Villa Unión, Coahuila.

CERROS SECOS Y PELONES... Se presentó en la ciudad lagunera de Torreón, Coahuila, el libro "Sí, somos periodistas", de la autoría del periodista Juan Noé Fernández Andrade, un texto que contó también con la colaboración de los reporteros Armando Rivera, Pamela Macías y Alberto Triana. Se trata de una obra que contiene entrevistas a mujeres reporteras de la región, con respecto a los obstáculos que han tenido que lidiar durante el desarrollo de su profesión.

Twitter: @Vic_Montenegro

Escrito en: Contrapesos primer, seguridad, Guardia, gobierno

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