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Singularidad Económica

Brecha Digital

Sofía Gamboa


El 17 de mayo se celebró el Día Mundial del Internet, celebración que busca sensibilizar a la población sobre las múltiples posibilidades de su uso para mejorar el nivel de vida de los países y sus habitantes. Esta misma fecha fue elegida por la Organización de las Naciones Unidas como el Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información.

'Es peligrosamente desestabilizador tener a la mitad del mundo a la vanguardia de la tecnología, mientras que la otra mitad lucha al borde de la supervivencia'.

Bill Clinton
La difusión de la tecnología de la información, las comunicaciones y la interconexión global tienen un gran potencial para acelerar el progreso humano y cerrar la brecha digital. Aunque el año 2018 cerró como el primer año en la historia donde más de la mitad de la población mundial (3,900 millones de personas) estaban conectadas a Internet, todavía falta mucho por trabajar.

Mientras la primera mitad del mundo fue la más fácil de poner en línea, al corresponder a las naciones desarrolladas donde los ingresos son altos, la educación avanzada y los centros urbanos densos. La segunda mitad ha sido más difícil de conectar, ya que generalmente corresponde a zonas rurales y remotas, así como al elevado costo necesario para la instalación de torres de Internet móvil y de otro tipo de infraestructura.

Algunos expertos hablan de que algunas partes del mundo quedarán excluidas durante las próximas décadas si no se realizan mayores esfuerzos e inversión para impulsar la educación y alfabetización en línea, asi como infraestructura de banda ancha. COVID-19 confirma la apremiante necesidad de reforzar la inclusión en el país para poder transitar con agilidad a la nueva normalidad, cuya característica principal será la ola de transformación digital.

A contracorriente, esta brecha se amplía día con día representando una caja amplificadora de la desigualdad social en México. Al día de hoy, la epidemia ha agravado la marginación de las personas en situación de pobreza, pues quedaron fuera de la educación en línea, el comercio electrónico y el trabajo desde casa. Un ejemplo quedó de manifiesto en los primeros días de la pandemia cuando se suspendieron clases y los niños no pudieron tener el mismo tipo de educación a distancia a causa de los diferentes aparatos electrónicos de los que disponían.

Ni hablar de las diferencias entre estudiantes que viven en ciudades contra los que viven en lugares rurales, en donde a muchos de estos lugares no llega todavía Internet. En el país solo el 23% de los hogares rurales tiene Internet. Mientras que prácticamente 8 de cada 10 personas de seis años o más es usuaria de Internet en asentamientos urbanos, proporción que disminuye a 5 personas entre la población rural.

Esta brecha se hace muy notable cuando la unidad de análisis es el hogar, mientras que 66% de los hogares localizados en asentamientos urbanos está conectado a Internet, solamente 23% tiene esta conexión en los asentamientos rurales. Mientras que se estima que el 45% de la población mexicana que se encuentra en el estrato económico 'bajo' es usuaria de Internet, porcentaje que contrasta con el de la población que se encuentra en el estrato socioeconómico 'alto', en el cual el 92% de este sector es usuario de Internet.

A pesar del incremento de la población usuaria que ha tenido nuestro país en los últimos años, pasando del 57% en 2015 a 70% en 2019, no se ha logrado reducir la brecha digital entre los asentamientos urbanos y rurales, ni entre los estratos socioeconómicos.

En Durango, aunque vamos un paso delante de la media nacional con un 76% de usuarios con teléfono celular y 52% de los hogares con disponibilidad de Internet, de acuerdo al INEGI, debemos seguir impulsando esta nueva era del conocimiento y digitalización.

Esta desigualdad también perjudica psicológicamente, ya que al estar desconectados puede generar sentimientos de aislamiento, ineptitud o soledad. A su vez, conforme los gobiernos recurren cada vez más a recursos en línea como medida de atención al ciudadano, las personas que no participan de la digitalización carecen de acceso a estos servicios, tales como información importante sobre salud.

El estar desconectados también limita el desarrollo profesional. La dificultad para solicitar empleos en línea y la falta de acceso a herramientas de aprendizaje y educación en línea pueden hacer que la movilidad profesional ascendente sea más desafiante para la población sin conexión a Internet, mientras que la falta de desarrollo de habilidades digitales puede inhibir el potencial de desarrollo profesional en la actividad laboral.

Ante este escenario, se considera fundamental avanzar en la consolidación de una sociedad del conocimiento que tenga políticas específicas para garantizar el acceso a Internet para toda la población. Se debe reconocer y señalar que el Internet es un derecho humano, por lo que esta pandemia bien podría servirnos como una plataforma para acortar por completo esta brecha digital.

@GamboaSofia

Escrito en: población, Internet,, brecha, educación

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