Editoriales

Mirador

ARMANDO FUENTES AGUIRRE

Cosas muy raras suceden en la casona antigua del Potrero de Ábrego. Si las cuento no es porque crea en ellas, sino porque ellas me obligan a contarlas.

En el año 18 del pasado siglo murió en esa casa la hija menor de don Ignacio de la Peña,Tulita. Se llamaba Gertrudis, y tenía 7 años cuando se la llevó la influenza española.

Su atribulada madre hizo poner en la sala un retrato de la niña, y frente a ella colocó a su muñeca en un sillón. Parecía que la pequeña miraba a la muñeca y que la muñeca miraba a la niña.

Pasaron muchos años. Un día a alguien se le ocurrió quitar de ahí a la muñeca y llevarla al cuarto de los triques. Esa misma noche empezaron a oírse dos llantos infantiles, uno en la sala, otro en el cuarto de los triques.

El extraño fenómeno se repitió varias noches más. Entonces quien había quitado de su lugar a la muñeca volvió a ponerla en el sillón, frente al retrato de la niña. No volvieron a escucharse aquellos llantos.

Desde luego yo no creo en cosas sobrenaturales. Pero en la antigua casona del Potrero de Ábrego esas cosas son muy naturales.

¡Hasta mañana!...

Escrito en: muñeca, cuarto, casona, antigua

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas