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De Política y Cosas Peores

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ARMANDO CAMORRA

ARMANDO CAMORRA

El joven Solfado, estudiante de música, le preguntó a su novia: "¿Conoces el Largo de Haendel?". "¡Oh no! -se ruborizó la chica-. Eso nada más lo debe conocer su esposa". Aquellos dos amigos habían trabajado en la Fábrica de Colchones Progreso, S.A. (Su anuncio comercial decía por radio: "Hacer hijos es hacer patria. Haga patria en colchones Progreso"). A causa de la crisis económica hubo en la empresa un reajuste de personal, y los dos se quedaron sin empleo. Meses después se toparon en la calle. "¿Cómo te ha ido?" -le preguntó uno al otro. "Ahí la llevo -contestó el interrogado empleando una frase coloquial, aunque él no sabía que estaba empleando una frase coloquial-. Puse una fábrica de botanas. Es un negocio muy pequeño: ahorita somos solamente mi señora y yo". Declaró el otro: "Yo también ahí la llevo. Puse una casa de mala nota. Es un negocio muy pequeño: también ahorita somos solamente mi señora y yo". Por aquí aparece en ocasiones Meñico Maldotado. Es un pobre muchacho con quien natura se mostró avarienta en la parte correspondiente a la entrepierna. Casó con Pirulina, joven mujer que sabía bastantes cosas acerca del mundo y sus alrededores. La noche de las bodas el flamante novio dejó caer la bata de franela verde con conejitos de color azul que su mamá le había confeccionado para la ocasión y se presentó por primera vez al natural ante su desposada. Ella mostró desilusión al verlo. Le dijo Maldotado: "No pongas esa cara, Pirulina. Siempre me has dicho que te gustan las pequeñas cosas de la vida". Y a todo esto ¿qué fue de la rifa del tristemente célebre avión presidencial? ¿Cuántos boletos de la Lotería se han vendido -a 500 pesos cada uno- para ese tal sorteo? ¿Qué destino se dio al dinero pagado por los obsequiosos asistentes a la cena fifí en que López Obrador echó a volar su idea de hacer una tómbola para deshacerse del incómodo armatoste del cual aún no se puede deshacer? Las simulaciones no suelen durar mucho; más temprano que tarde las barre doña Realidad, gran barrendera que termina siempre por echar al bote de la basura todas las farsas, simulaciones y mentiras. Cosas de tragedia y drama han sucedido desde que AMLO montó su risible sainete del avión. Sobrevino lo de la pandemia, y en estos últimos días hemos visto sucesos desastrados que tienen relación con el crimen y la inseguridad. ¿Pensará López Obrador que eso nos ha hecho olvidar la comedia de su lotería? A veces somos flacos de memoria, es cierto, pero no tanto que olvidemos lo que hace -y lo que deshace- el Presidente. A ver si en una de sus conferencias mañanera don Andrés Manuel se acuerda de informar acerca del desarrollo de su rifa, si es que ha tenido alguno. Don Sinople, el marido de doña Panoplia de Altopedo, dama de buena sociedad, comentó en una fiesta: "Por mis venas corre sangre inglesa, francesa, italiana, rusa, polaca, española y portuguesa". "¡Caramba! -se admiró uno de los invitados-. ¡Su señora madre debe haber tenido muchos amigos extranjeros!". Dijo el conferencista: "Lo que nos mantiene unidos a la Tierra es la ley de la gravedad". Comentó Babalucas, asustado: "Entonces a los mexicanos nos va llevar la madre. Aquí ninguna ley se cumple". "Mami -le preguntó Pepito a su mamá-, ¿por qué cuando mi papi y tú se acuestan por la noche la cama hace chirrín chirrín?". Tosió la señora, desconcertada por esa súbita pregunta, y sólo acertó a responder con otra: "¿Por qué preguntas eso?". Contestó Pepito: "Porque cuando tú no estás y viene la vecina a visitar a mi papá la cama hace ¡cuaz, bong, zas, clonk, chaz, jwon!". FIN.

Escrito en: De Política y Cosas Peores señora, preguntó, somos, joven

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