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Crece el espectro del racismo en la frontera

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JOSÉ SANTIAGO HEALY

Cuando el sábado 21 de marzo se prohibió el cruce de la frontera de Estados Unidos a los mexicanos y extranjeros con excepción del transporte comercial y los viajes esenciales, nadie imaginó que la acción de extendería por tanto tiempo en perjuicio de la economía y las relaciones entre ambas naciones.

Suman tres meses y medio de la decisión que supuestamente se tomó en acuerdo por los gobiernos de México y Estados Unidos, sin embargo el cruce de norteamericanos a nuestro país no fue prohibido a pesar de que en ese entonces los casos de COVID-19 crecían de manera alarmante allende el Bravo.

Semanas más tarde los contagios se dispararon en varias ciudades fronterizas, entre ellas Tijuana y Mexicali, en Baja California, así como San Luis Río Colorado.

Expertos y líderes comunitarios adjudicaron la expansión del coronavirus al hecho de haber mantenido abierta la frontera de Estados Unidos hacia México.

El acuerdo más reciente estipula que el cruce de mexicanos a Estados Unidos se reabrirá el próximo 21 de julio, pero nadie asegura que la prohibición no se vaya a extender uno o varios meses como ha sucedido.

El comercio y en general la economía de las fronteras ha sufrido como nunca, desde luego más el lado norteamericano que estaba acostumbrado a recibir miles de compradores mexicanos cada fin de semana.

En México el daño mayor lo sufren miles de conciudadanos que diariamente cruzaban a Estados Unidos a prestar sus servicios en casas particulares, restaurantes, hoteles y comercios sin contar con una visa de trabajo, salvo la visa de turista.

Si se prolonga el bloqueo los efectos negativos serán demoledores para entidades como California, Arizona, Texas y Nevada que cada verano reciben varios millones de turistas mexicanos que cruzan por tierra.

No queremos ni pensar la caída en ingresos que reportarán establecimientos como Disneyland, Sea World, las cadenas Target, Wal-Mart y Costco, además de franquicias y restaurantes una vez que se reabra la economía y se mantenga restringido el cruce de mexicanos.

Además del aspecto económico existe otro efecto muy preocupante en esta medida y que tiene que ver con el racismo y las prácticas xenofóbicas de grupos anglosajones.

Nunca en la historia se habían decretado medidas tan drásticas en la frontera con Estados Unidos. En 1985 cuando desapareció Enrique Camarena, agente de la DEA en Guadalajara, se realizaron durante algunos días inspecciones exhaustivas en cada vehículo con la de idea de encontrar al oficial que finalmente fue encontrado asesinado con señales de tortura en un paraje en Jalisco.

En septiembre del 2001 las fronteras fueron paralizadas por unas horas ante el temor de nuevos ataques terroristas. Situación similar, pero con escasa duración se han presentado ante amenazas de bomba y a raíz de incidentes policiacos.

En los últimos años los cruces fronterizos se modernizaron y operaban con cierta holgura hasta que se dejaron venir de Centroamérica las caravanas de migrantes que complicó severamente el paso por las garitas de Estados Unidos y México.

Con la pandemia del coronavirus los cruces se agravaron y no falta hoy en día sectores radicales que proponen una prohibición permanente para el ingreso de visitantes de México.

Lo presumió Donald Trump en días pasados: el muro ha frenado el paso de indocumentados y también del Covid-19 lo cual es evidentemente una vil mentira.

Por lo anterior será imperioso que el presidente López Obrador aborde en su próxima visita a Washington este espinoso asunto antes que se complique y sea utilizado por Trump como un lema de campaña más contra los inmigrantes.

La frontera México-Estados Unidos no debe ser un muro de contención sino una puerta de comunicación entre ambos países con todo y sus complejidades.

Noticias finales

Fue demoledor para el gobierno de la 4T el artículo que escribió en días pasados el general de división en retiro, Sergio Aponte Polito, militar con destacada trayectoria que combatió a los carteles de las drogas en Tijuana en el 2008. Fue famosa entonces la campaña que difundió el Ejército de "llámenos, nosotros sí vamos".

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Escrito en: Actitudes Estados, Unidos, frontera, mexicanos

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