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¡Corte y queda!

Todos somos el juego del calamar

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MARA GÜERECA

Les platico rápido: 456 personas con deudas imposibles de pagar son invitadas a participar en un concurso en el que deberán completar seis desafíos para llevarse un premio único de 45 mil 600 millones de wones, cerca de 790 millones de pesos mexicanos. Lo que parecía un reto inocente, termina por ser un juego violento de supervivencia. Esa es la trama que en nueve capítulos nos presenta Hawng Dong-hyuk bajo el título de 'El juego del calamar', tomado de un juego infantil tradicional de Corea, inofensivo... o al menos eso era hasta que lo transformó en una masacre, en una serie que está a nada de convertirse en la más vista de la historia de Netflix.

Con un elenco con Lee Jung-jae y Park Hae-soo como protagonistas, se estrenó hace poco más de dos semanas y las redes se inundaron de memes haciendo referencia a los tantos juegos o momentos épicos de 'Squad game', por su título original. Es común escuchar frases como "Jugador 1, eliminado" o "Jugaremos muévete luz verde", acompañados de la imagen de una enorme muñeca de vestido naranja y blusa amarilla, el recuerdo de la misma muerte. También de personajes que dejaron huella, víctimas de la indiferencia.

Tengo que aceptar que el final no me agradó del todo, prefiero cierres más concretos, sin tanta expectativa para el futuro, pero no por eso diré que la serie está sobrevalorada o es un fracaso. No, porque en realidad es buena, en especial si se le disfruta con el audio original. ¿En qué me baso?

En que tenemos un producto que retrata lo más vil de la humanidad. En cómo la indiferencia ante los necesitados nos convierte en villanos sin darnos cuenta. En cómo la avaricia es capaz de terminar con los sentimientos más puros. En cómo cuando algo grande está en juego, nos convertimos en seres individualistas y abusivos. En que es cierto que el dinero no compra la felicidad y que afuera hay gente con un poder tan grande, que se ha olvidado de ser compasivos y respetuosos, al grado de ser pequeños demonios que actúan por diversión y vacío en su ser.

Eso duele, porque es difícil reconocer que todavía nos falta mucho como sociedad para evolucionar y da más vergüenza que lo plasmen en pantalla, pero a fin de cuentas de eso se trata la industria del entretenimiento, no siempre tiene que ser cómoda. Se vale también que señalen lo que está mal y si somos afortunados, que tomemos cartas en el asunto para cambiar nuestra conducta. No tienen que ser clases de moral, pero es bueno que de vez en cuando sirvan de "cachetada con guante blanco". Al final, es el público quien tiene la última palabra.

Claro que, como en toda serie, tiene sus altas y bajas, pero creo que logra el objetivo: enganchar al espectador con una trama que, a pesar de situarse en el Oriente, resultó universal, nos identificamos con ella porque todos en un momento hemos estado necesitados, hemos atravesado crisis económicas, hemos perdido a gente importante de nuestras vidas, nos han dado la espalda, hemos sido malos hijos, hermanos, amigos o padres... todos, sin importar ideología, religión, raza o clase social, hemos sido 'El juego del calamar'. ¿Estás de acuerdo?

Escrito en: Corte y queda juego, hemos, tiene, original.

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