EL SIGLO DE DURANGO
En estos días en que los vientos soplan y las temperaturas se van haciendo cálidas, es posible encontrar niños con sus papás intentando hacer volar papalotes.
Uno de los juguetes poco utilizados hoy en día son los papalotes; éstos representan una forma de diversión y entretenimiento para los niños y para los padres, especialmente en épocas del año en que el viento sopla a favor. Además de que realizarlos puede ayudar a reciclar material, salen muy económicos.
COMO LOS IMAGINES
Combinan las funciones de decorativa, entretenimiento, competición y fortalecimiento de la salud y mantienen estrechos lazos con el folclor, el deporte, la ciencia y la tecnología, así como las artes.
En Durango como en muchas otras partes de la república, los niños aprenden a hacer papalotes en quinto grado de primaria ya que en la materia de Español se enseña a preservar los juegos tradicionales y hacer papalotes es parte de su formación.
Según los lugares y las formas de los papalotes, les dicen: palomas, cometas, barriletes; sin embargo, el papalote tradicional que se conoce en Durango es el llamado diamante y tiene la forma de un hexágono.
LOS PRIMEROS
Los papalotes datan desde más de 300 años, son originarios de China, donde el común era en forma de golondrina. Papalote proviene de papalotl, que en lengua náhuatl significa mariposa.
EN EL PAÍS
Existen varios modelos con características basadas en muchas formas básicas que se pueden encontrar en diversos puntos del país, como Jalisco, Veracruz, Puebla, Distrito Federal, donde realizan algún tipo de papalotes más elaborados, que permiten elaborar deportes extremos. Hechos de materiales más resistentes como el nailon y poliéster. Existen papalotes planos, curvos o arqueados, giratorios.
DEL JUEGO A LA PELEA
De aparente sencillez en su elaboración, el papalote de pelea proviene de Asia, donde en muchos países se organizan ferias de papalotes en que a menudo se llevan a cabo peleas de papalotes entre grupos rivales o personas individuales como momento cúspide del evento.
MÁS ELABORADOS
Estos últimos modelos de papalotes son más costosos, desde 190 pesos hasta más de mil pesos, dependiendo del material. Los puedes encontrar por Onternet, o en ciudades con fábricas de este tipo de papalotes.
Sin embargo, el papalote original de simple papel y madera es inigualable e irremplazable, que entretiene e ilusiona a un niño.