¿Cuánto sufrimiento puede sentir un hombre condenado a morir?, ¿qué pensamientos pasarán por su cabeza?, ¿qué intentará realizar para evitar que lo maten?, ¿cuál será su dolor al saber que dejará a una pequeña niña? Todos esos sentimientos encontrados son los que el público duranguense pudo apreciar en el monólogo “Un día de un condenado a muerte”, de la autoría de Víctor Hugo.
El evento fue organizado por el Instituto Municipal del Arte y la Cultura, para presentarse dentro del Programa “Cultura Otoño 2003, Celebración de las Artes”.
En el Teatro Victoria, en donde se contó con una gran afluencia, se llevó a cabo la presentación de este monólogo que a la mayoría de las personas fue de su agrado; aunque la actuación del actor Luis Russel Álvarez fue lineal, muy poco eficaz, y a muchos de los presentes no los convenció en su papel de hombre condenado a muerte, que debió mostrar la angustia y el temor terrible que debe sentir una persona que en unas horas morirá por un crimen que cometió.
UN HOMBRE DESESPERADO
Bajo la dirección de José Palacios, este monólogo de Víctor Hugo presenta a otros tres personajes (actuados por el mismo Russel), los cuales son representados por medio de grandes cortinas, la morada representó al sacerdote, la blanca a su pequeña hija y la negra al Secretario del Supremo Tribunal de Justicia.
El momento emotivo, aunque no del todo, fue cuando el condenado a muerte habla con su pequeña hija, a la cual besa, pero que no lo reconoce debido al tiempo que ha estado separado de él.
El sacerdote no podía faltar en este aterrador momento, las mismas autoridades lo hacen llamar para que el acusado al momento de morir lo haga con toda la paz en su alma, pero en ocasiones se reniega de Dios, porque no hace el milagro de salvarlo.
La cita es a las 16:00 horas, justo a esa hora dejará de vivir, le pondrán la inyección letal, su agonía es lenta. A las 15:00 horas es llevado a la sala en donde le aplicarán el fatal líquido, tras el vidrio, el sacerdote, alcalde, juez y tres hombres observan todo el procedimiento. Su angustia es notoria, espera un milagro, desea escuchar el teléfono en la sala recibiendo una llamada en donde se cancele el acto de muerte, pero nunca suena, son las 16:00 horas, un condenado se derrumba, su cabeza cae abruptamente sobre su pecho, da su último suspiro para descansar de su angustioso final.
PRETENDÍA LA ABOLICIÓN
Víctor Hugo escribió este texto como una defensa para la abolición de la pena de muerte, en algo emulando al italiano Cesare Beccaria, quien con gran repercusión para su época, publicó “De los Delitos y las Penas” en 1764. Entonces, Europa ya coqueteaba con el socialismo comunista.
Esta obra fue presentada por el Grupo Ecléctico de Teatro, dirigido por José Palacios, contando con la actuación, de Luis Russel Álvarez; vestuario de Blanca González; fotografía y diseño gráfico de Óscar Juárez. La asistencia técnica de Juan Isidro Pesina; diseño de escenografía de Jesús Cruz; tema musical original de Cristina Ramírez y arreglos musicales de Juan Carlos “Jane”.
El monólogo tiene el objetivo de dar a conocer, mediante la adaptación de Oz y José Palacios, el repudio categórico a la pena de muerte, por ser un acto vil y cobarde que hace gigante al que la ejerce y minimiza a lo sumo a la víctima.
ACTOR
Luis Russel Álvarez Castro es un joven actor que ha participado en diversas agrupaciones de teatro.
ESTUDIOS: Inició sus estudios de Licenciatura en Actuación en la Escuela Nacional de Arte Teatral.
EXPERIENCIA TEATRAL: Ha participado con el Grupo Teatral “La Compañía”, dirigido por Luis Colín; Compañía Universitaria “Batracio”, que dirige Juan José Prado, y el Grupo Teatral Independiente “Anarquía”.
AGRUPACIONES: Miembro de la Compañía de Repertorio del Colegio de Literatura Dramática, creación del grupo multidisciplinario “Manojo de Hediondilla”, en el que dirige la parte artística de la campaña juvenil “Jóvenes por el derecho de decidir”.
PARTICIPACIONES: Participante en el Movimiembro Cultural Alejandro Galindo.
DIRECTOR
Un triunfador
José Palacios es director, actor, bailarín, coreógrafo, director escénico, promotor y asesor cultural.
Ha tomado cursos con Mauricio Jiménez, Alejandro Santiex, Guillermo Henri, Fernando de Ita, Virgilio Leos, Martha Laino (uruguaya), Raúl Serrano (argentino), Rosa Luisa Márquez (puertorriqueña), entre otros.
Ha participado en 20 obras de teatro, de las cuales ha dirigido “El Horla de Guy de Maupassant”, “Los Camaleones”, “La Carta de Sor Juana Inés de la Cruz”, “El Coleccionista”, “Antes del Desayuno”, “El Último Día de un Condenado a Muerte”, por mencionar algunas.
Ha participado en festivales nacionales e internacionales en México, Grecia, Italia y Estados Unidos. Ha sido el Presidente del Comité Organizador de la Muestra Nacional de Monólogos, desarrollado en Monclova, Coah., desde 1993 a la fecha; Secretario Presidente de la Asociación Coahuilense de Teatrista, AC; directivo del Programa Televisivo “Guiaarrte”, miembro fundador de la Asociación Cultural RODAS, AC. Actualmente es asesor de la Comisión de Cultura de la H. Cámara de Diputados.
Entre los premios y reconocimientos, José Palacios, director de esta obra, ha sido becario dos veces del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Coahuila, ganador del Tercer Concurso de Proyectos Culturales Fronterizos del Conaculta a través del Programa Cultural de las Fronteras en 1994.
Ganador del Primer Concurso Interestatal de Coreografía de Danza Contemporánea Coahuila-Durango 2000, además ganador de la convocatoria “Educación por el arte”, con la Compañía de Danza Contemporánea “DanzArte” con el proyecto de Danza en Coahuila en diciembre de 2001.
SONDEO
“Me encantó, el actor estuvo muy bien, logra convencer con su actuación y conmueve al espectador”. María Rosa Veloz, actriz
“El ritmo del dramatismo lo asume bastante bien y lo resuelve el director, es una obra para reflexionar”. Saúl García Mesta, teatrista
“Me pareció muy buena, estuvo muy interesante, a Durango deberían de traer más actividades así”. Nadia Martínez, estudiante
“Es una historia muy interesante, es cruda pero al fin una realidad a la que nos debemos enfrentar”. Isis Casas, educadora
“Me pareció una obra muy bonita, es una oportunidad para acercar a todas las personas al teatro”. Nilo Galarza, locutora
“Es un romanticismo, aunque escéptica y cuadrada, la música de fondo está preciosa, me gustó”. Javier Cázarez, comunicólogo
“Me pareció muy bien, qué bueno que el IMAC siga reviviendo los clásicos como Víctor Hugo; buena obra”. Marycarmen Santiesteban, promotora cultural