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Atiende ese dolor

Juan L. Simental

Hay de dolores a dolores, algunos son circunstanciales y pasajeros; sin embargo, aun ésos, a veces acaban con el buen humor y el ánimo de cualquiera.

Por ejemplo, hay muchos tipos de dolores de cabeza, pero no todos son iguales, algunos requieren atención y cuidados especiales; tal es el caso de las migrañas.

Sólo un médico puede diagnosticar la migraña. El sistema de clasificación publicado en 1988 por el Comité de Clasificación de la Cefalea de la Sociedad Internacional de Cefalea cita más de cien tipos de dolores de cabeza.

Muchos de ellos son producidos por una gran tensión muscular o por migrañas o puede que no haya una causa obvia. Otros están asociados con trastornos de los ojos, nariz, garganta, dientes y oídos.

Por lo general, los dolores de cabeza crónicos que se atribuyen al hecho de forzar la vista son en realidad cefaleas tensionales. Un dolor agudo y de nueva aparición puede ser síntoma de una presión elevada del fluido ocular (glaucoma) y esta situación constituye, sin duda, una urgencia médica. De ahí que la consulta con el oftalmólogo pueda contribuir a la identificación de la causa y al tratamiento de este tipo de dolor.

La hipertensión puede producir un dolor pulsátil en la cabeza, pero es infrecuente que sea la causa de una cefalea crónica.

LOS TIPOS

Muchas personas sufren tipos diferentes de dolores de cabeza, por eso es importante que consultes a tu médico para que determine el tipo de cefalea que presentas, y confirmes si se trata o no de una migraña.

Hay que saber que existen cuatro tipos de migrañas principales:

SIN AURA

La migraña suele caracterizarse por algunos de los síntomas siguientes: cefalea unilateral, dolor pulsátil o punzante, crisis intensas con dolor moderado o intenso que puede impedir la actividad diaria, y empeoramiento con la actividad física habitual.

Además, se puede presentar alguno de los siguientes signos: náuseas y/o vómitos y sensibilidad a la luz y al sonido.

Recuerda que la migraña aparece en episodios diferenciados y que las personas con migraña no presentan síntomas entre las crisis.

CON AURA

Es la migraña que cumple los criterios anteriores y en la que, además, existe aura. El aura se define como los síntomas del sistema nervioso (habitualmente visuales) que preceden a la migraña y que suelen ir seguidos de la cefalea en el plazo de una hora.

Pueden ser alteraciones visuales como luces destellantes, manchas brillantes, visión borrosa o puntos ciegos. El aura puede estar constituida también por síntomas auditivos, sensitivos o motores.

EN RACIMOS

La cefalea en racimos es un tipo muy agudo de dolor de cabeza. Durante las crisis más penetrantes, la intensidad de la dolencia es insoportable.

La cefalea en racimos debe su nombre a que aparece en racimos o grupos; una serie dura semanas o meses. Las crisis se producen desde ocho veces al día hasta una vez cada dos días. No obstante, los pacientes con cefalea en racimos tienen periodos de remisión que pueden durar meses o años.

La edad de aparición típica oscila entre los 20 y los 40 años. Aunque se desconoce la causa, la mayoría de los afectados son varones.

Estos son algunos síntomas típicos de la cefalea en racimos: dolor unilateral intenso, dolor de 15 minutos a tres horas de duración en cada crisis, dolor habitualmente alrededor del ojo y/o temporal, que puede irradiarse a otras regiones de la cabeza; hinchazón de los párpados, lagrimeo, sudoración facial y congestión nasal.

TENSIONAL

El modo más frecuente de dolor de cabeza es la cefalea tensional, experimentada por cerca del 69 por ciento de las personas.

Quienes la sufren advierten un dolor que suele localizarse a los dos lados de la cabeza, dura desde minutos a días, tiene una intensidad leve o moderada, es de tipo opresivo y no empeora con la actividad física habitual.

DESENCADENANTES

Si se te ha diagnosticado una migraña, puedes intentar identificar los factores desencadenantes con la ayuda de tu médico. Puede ser útil llevar un diario de tus actividades cotidianas.

Los desencadenantes de la migraña son diferentes en cada persona. Puede existir un solo factor que cause la migraña en un paciente, o quizá sea una combinación de varias cosas. Algunos desencadenantes son:

Entorno o conducta. El entorno o la conducta de cada persona pueden contribuir a la migraña. Piensa en tus actividades diarias e intenta identificar algunos factores. Esta lista de posibles desencadenantes ambientales puede ayudarte en principio:

-luz brillante

-sonidos intensos

-cambios meteorológicos

-cambios de la conducta (p. ej., falta o exceso de sueño, omisión de una comida, cambio en la alimentación)

Estrés. En algunas personas, el estrés facilita la migraña. Su forma de vida puede estar contribuyendo a la migraña.

Alimentos. Los desencadenantes de la migraña son específicos de cada persona, pero la lista siguiente contiene alimentos que se sabe que contribuyen con frecuencia a la aparición de la migraña:

-chocolate

-queso

-cafeína

-cítricos

-bebidas alcohólicas

-glutamato monosódico (GMS, un conservador)

Es muy importante estar atento a los síntomas y a las posibles causas de ese dolor de cabeza que a veces no te deja en paz; la solución pudiera estar simplemente en la identificación de su detonante.

FASES

Los niveles de malestar

La persona que sufre migraña puede pasar hasta por cinco fases distintas, aunque no ocurre así en todos los casos.

Pródromos

-Son los signos de aviso.

-Pueden aparecer varias horas o días antes de la crisis.

-Las personas pueden experimentar cambios en el estado de ánimo, la conducta, el nivel de energía, el apetito.

-Los síntomas prodrómicos avisan a algunos pacientes de la proximidad de la cefalea.

Aura

-Generalmente se desarrolla durante cinco a 20 minutos y dura menos de una hora.

-Las personas experimentan alteraciones visuales, auditivas, sensitivas o motoras. La cefalea, las náuseas y/o la sensibilidad a la luz también pueden aparecer durante esta fase.

-La cefalea suele producirse inmediatamente después de los síntomas del aura o después de un intervalo libre menor de una hora.

Crisis franca

-Es el lapso durante el cual el dolor ataca.

-Los pacientes pueden experimentar: cefalea unilateral, dolor pulsátil o punzante, dolor agravado por la actividad física habitual, sensibilidad a la luz y al ruido, y náuseas y/o vómitos.

Terminación/resolución

-El dolor puede tardar de cuatro a 72 horas en desaparecer.

Pospródromos

-Aparecen en muchas personas después de una crisis franca, y pueden durar desde varias horas a días completos.

-Los pacientes pueden experimentar: agotamiento, debilidad, apatía, letargo y euforia (en algunos casos).

NIÑOS

Temprano malestar

Muchos niños y adolescentes sufren migraña pediátrica, esto es, que desde su infancia más tierna ya cargan con el yugo de ese dolor.

Algunos de los síntomas de la migraña en los niños son diferentes de los de los adultos: El dolor se produce a menudo en los dos lados de la cabeza (puede ser también unilateral). La crisis puede ser breve, 30 minutos, o durar hasta 48 horas.

Los niños suelen padecer más irritación por la luz o el ruido que los adultos. Si un niño se queja de cefaleas intensas recurrentes, los padres deben consultar a un médico. El médico averiguará los antecedentes médicos de los padres y del niño para establecer el diagnóstico adecuado de acuerdo con las quejas del niño.

Recuerda que la migraña puede tener un efecto negativo sobre la calidad de vida. Por ello, si conoces algún infante que sufra este problema, ayúdalo encomendándolo a un buen profesional médico.

TRATAMIENTO

Dado que los dolores de cabeza y los principales síntomas de la migraña solamente ocurren después de la dilatación de las arterias constreñidas, el pródromo es una señal de alarma durante el cual se puede prevenir el dolor con un medicamento.

El fármaco utilizado con más frecuencia es la ergotamina (un vasoconstrictor), que constriñe los vasos sanguíneos y, por tanto, ayuda a prevenir su dilatación y el consiguiente dolor. También la cafeína a dosis elevadas ayuda a prevenir la dilatación vascular y a menudo se administra junto con analgésicos o ergotamina.

El sumatriptán mejora los efectos de la serotonina, cuyos valores bajos en la sangre son probablemente lo que desencadena el episodio agudo de migraña. Para aliviar los síntomas se puede administrar el sumatriptán por vía oral o inyectado, ya que resulta más eficaz que la aspirina o el paracetamol (acetaminofén), pero también es mucho más caro. Pero ten cuidado: la ergotamina y el sumatriptán afectan al flujo sanguíneo del cerebro, pueden ser peligrosos y no deberían utilizarse más de lo prescrito.

Y lo más importante: si padeces este mal, que puede alterar completamente tu vida, es mejor que acudas con un verdadero especialista para recibir la atención que requieres.

Escrito en: dolor, migraña, síntomas, cefalea

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