El Universal. Víctor Sabido tiene un gran interés en internacionalizarse y sabe que a través de la plata de colores se le presenta una excelente oportunidad para ofrecer un producto distinto y novedoso que llame la atención en todo el mundo.
“Participé, como parte del Pabellón Mexicano del año pasado en JCK, que es una de las ferias de joyería más importantes en Estados Unidos, la cual tradicionalmente se lleva a cabo en Las Vegas.
“Allá se acercaron a mí los organizadores de la Fiera de Vicenza, una de las más reconocidas a escala mundial, para invitarme a formar parte de su Glam Room, es decir, el área de diseñadores, en la que sólo se puede participar por invitación expresa de los organizadores, y que únicamente cuenta con 100 stands de entre los cientos y cientos que hay en la feria; éramos los únicos del continente en ese salón. Fue una gran experiencia y contactamos varios clientes europeos y en especial de Rusia.
“Este año nos invitaron a formar parte del Pabellón italiano para JCK”, comenta.
Las joyas.
Víctor no crea colecciones de temporada, sino más bien temáticas, aunque necesariamente influenciadas por las tendencias de moda. “Tengo que tomarlas en cuenta, especialmente porque lo que viene es el color en joyería, y eso es justamente lo mío”.
Las piezas de su última colección, Paradisum, están inspiradas en la vida, es así que vemos collares espectaculares como el bautizado Como vid fecunda, que hace alusión al salmo bíblico y que une a las 12 tribus de Israel —cúmulos de hojas, flores y frutos de la vid de cristal y piedras semipreciosas—, a dos marcos rectangulares de plata que a su vez se conectan con hilos del mismo material de colores trenzados en distintos tonos de dorado.
Otro es el llamado Nilo, el cual lleva un gran círculo de plata al centro del cual pende una enorme turquesa. El aro se une a una gargantilla por varias listas de tejido de plata en brillantes tonos de azul, haciendo alusión al río egipcio.
Muchas de las piezas tienen una historia o un concepto detrás; por ejemplo, el collar It’s a boy! (¡Es niño!) retrata el proceso de la fecundación. Varios listones de plata en colores cálidos como oro, naranja y rojo, forman un semicírculo que representa al óvulo, el cual del lado izquierdo lleva en plata las letras XY, haciendo referencia a los cromosomas de un varón. Este redondel está enmarcado por pequeños espermatozoides de plata que buscan “fecundar” el óvulo; uno de ellos, representado por un pequeño círculo de plata, ya lo logró.
“Otras piezas representan las espirales del ADN y al jardín de edén, el primero en plata de colores y en su tono “natural”, y el segundo también en plata, pero de color y flores de concha nácar en rosa, perla y gris.
El “pequeño”.
A raíz de la creación del collar It’s a boy! Víctor adoptó la figura del pequeño espermatozoide, al que llamó Espi. “No dudes que mañana sea conocido como el equivalente mexicano al osito de Tous”, dice, divertido.
Lo hecho en México...
“Me llena de orgullo decir que somos mexicanos; que la tecnología fue desarrollada por nosotros y que todo lo que hacemos se manufactura en el país”, concluye el creativo.